domingo, 17 de julio de 2016

Del cool jazz al ensemble sinfónico de vientos en Valencia

Fotografía: A. Sambeat (Festival de Jazz de Valencia 2016)
En 1993, Javier De Cambra declaraba en las notas al Cd del guitarrista valenciano Ximo Tébar “Te Kiero con K”: (…) “Por último, no quiero dejar de aludir a que Ximo es uno de los miembros de adelantada de una existente escuela (de jazz) valenciana, del bandísmo al jazzbandísmo. Seguirá creciendo” 
Entendemos que por aquel entonces la prioridad era poner en el mapa jazzístico a Valencia, e incluso se veía de manera antagónica a los jazzístas y las tradicionales Bandas de Música valencianas. Por supuesto que la escuela de jazz valenciana aludida por De Cambra ha crecido, pero en contra de esta visión antagónica, lo que ha sucedido en este siglo XXI, ha devenido en un proceso de acercamiento entre ambos mundos, que en el fondo siempre habían estados relacionados, ya que, al fin y al cabo el jazz valenciano se nutría, al igual que otros territorios, de la cantera de músicos de viento cultivada en las Sociedades Musicales. Parece ser que este es un hecho constatado desde que el pasado 4 de junio de 2013 un titular del país declaraba: “El jazz y las bandas tradicionales, cada día más cerca”  como resumen del debate mantenido entre los saxofonistas Francisco Blanco “Latino” y Jesús Santandreu, debate que cerró el ciclo de Charlas en torno a las bandas, organizado por la Diputación de Valencia en colaboración con la unidad musical de Culturarts y la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana. 
Desde este punto de vista repasamos brevemente la aparición del Cool Jazz, con el tándem Miles Davis/Gil Evans, su influencia en determinados aspectos de la third stream de Gunther Schuller y las coincidencias, más que obvias, que hemos encontrado a este respecto, desde las primeras Big bands valencianas promovidas por Jose Luis Granell y Ramón Cardo,  hasta los trabajos de Spanish Brass Luur Metalls, Albert Sanz, Rafael Sanz-Espert y el músico valenciano que ha devenido como el máximo exponente de la tercera corriente valenciana: Jesús Santandreu. 

1.     Birth of the Cool

En 1949 varios músicos comenzaron a reunirse en el apartamento de Gil Evans en Nueva York, entre ellos el noneto liderado por Miles Davis que grabó las sesiones editadas en Capitol bajo el nombre de Birth of the Cool. Este disco de Miles Davis, publicado inicialmente por Capitol en 1954, es un Lp que incluía solamente 8 de los 11 temas grabados, y que obtuvo una gran repercusión.
Los temas habían sido grabados mucho antes, entre 1949 y 1950  por Miles Davis y otros ocho grandes del jazz (su noneto: Lee Konitz y Gerry Mulligan en los saxos, Bill Barber a la tuba, Kai Winding en el trombón, Junior Collins,  Sandy Siegelstein o Gunther Schuller en el corno francés, Al Haig al piano, Joe Shulman al contrabajo y Max Roach en la batería). Por sus dimensiones, esta formación estaba entre un combo y una big band.


A pesar del liderazgo de Davis que aparecía en los titulares, era una banda de compositores  tipo cooperativa, que le dio un nuevo énfasis al papel del compositor en el jazz.”Compositor de Jazz” en ese momento era una paradoja ya que el jazz no era una música “compuesta”; sino por lo general se improvisaba con arreglo a las normas  de cambios de acordes. Incluso las piezas de Bop  eran normalmente el resultado de complicar las líneas melódicas de nueva construcción sobre las progresiones de acordes de la música popular, y con frecuencia se aprendían de memoria y no estaban  escritas  en un papel.
Siete años más tarde —en 1957—, Miles Davis adelantó un paso más. Grabó con una orquesta grande, y se sobrentendió que también en esta ocasión llamó como arreglista a Gil Evans, de quien apenas si se había oído hablar en esos años.
De 1946 a 1948,  Evans hacía los arreglos para la antigua Claude Thomhill Band, a la que pertenecía Lee Konitz: (…) La instrumentación de la banda —cuenta Gil Evans— surgió así porque era la cantidad mínima de instrumentos con que se podían expresar el sonido y todas las armonías de la Thomhill Band. Miles quería representar con esta clase de sound su concepción musical.[1]
Después del éxito de Birth of the Cool (1949) (con un novel Miles de 22 años como líder de la banda que inauguró con este álbum aquel particular y suave sonido que durante una década iba a caracterizar al jazz de la costa oeste de Estados Unidos. A través de una inusual formación de noneto, Davis dio vida a los arreglos que Gil Evans, Gerry Mulligan y John Lewis habían preparado para esta banda histórica), Miles volvió a entrar en los estudios de Columbia para colaborar en exclusiva con Gil Evans.  La primera de las tres colaboraciones con el enorme arreglista y director de orquesta: Miles Ahead (1957), se instaló contundentemente en la historia del jazz moderno como una de las cumbres musicales.



[1] Berendt, Joachim E.: El Jazz: Del Rag al Rock. México: Fondo de Cultura Económica, 1976. pág. 141


Transcribimos a continuación las palabras de Bob Avakian (director de Capitol) recogidas por Diego Fischerman en el blog  Pagina 12: (…) Por ese entonces, Miles participó como solista invitado de unas grabaciones con Gunther Schuller, en Music for Brass. Ahí lo escuché tocar el flugelhorn y se me ocurrió la idea de que tocara ese instrumento junto a una gran orquesta. Para mí, no había más que dos arregladores posibles: uno era Leonard Bernstein y estaba en otros proyectos; el otro era Gil Evans, que vivía a dos cuadras de mi oficina en Columbia. Lo fui a ver, le di total libertad, artística y financiera y, a cambio, le impuse la idea del título: Miles Ahead.  El doble sentido era un gancho de promoción que calzaba perfectamente con la personalidad de Davis, pensaba Avakian: “Miles iba realmente delante de los otros, estaba más vivo que todo el mundo”.[1]


[1] Fischerman, Diego: Los Elegidos. [Última consulta 26/06/16]   

Schuller,  participó en el memorable disco editado en 1958 por Columbia: Modern Jazz Concert, subtitulado: seis composiciones por encargo de la Universidad de Brandeis para el Festival de las Artes de 1957. Un año antes, la discográfica había editado Music for Brass que se registró en 1956 y se lanzó a mitad del año 1957. La pieza que originalmente  dio nombre a este disco fue la composición de Gunther Schuller: Sinfonía para metales y percusión, Op. 0.16, interpretada por la Brass Ensemble of the Jazz and Classical Music Society, un conjunto clásico de metales dirigido por Dimitri Mitropoulos. Los materiales que conforman la grabación original que dio nombre al  disco Music for Brass se grabaron en 1956 durante tres sesiones entre los días 14 de Junio, y 20 y 23 de Octubre. En la primera sesión  del 14 de Junio, se grabó la Symphony for Brass and Percussion, op. 16 de Gunther Schuller, editada por primera vez en un Lp de 12": Columbia CL941. 


Podemos apreciar la evolución de este tipo de formación “Cool jazz” que está presente en las grabaciones de los cincuenta en Columbia, y que ha influenciado decisivamente a las grabaciones emblemáticas de la tercera corriente: en 1948, nace La Miles Davis Band como un intento de resumir la sonoridad de la antigua Claude Thomhill Band, y posteriormente esta sonoridad es ampliada orquestalmente en 1957 para el lanzamiento de Miles Ahead. La peculiar formación de esta grabación constaba de una orquesta de 19 músicos, que incluían además de la  sección rítmica compuesta exclusivamente por bajo y batería, y  los habituales grupos de metales de bigband de trompetas y trombones,  una extraña agrupación de efecto casi irreal de trompas, tuba, saxo alto, clarinete, clarinete bajo y flauta. 
Después de Miles Ahead, la trilogía Davis-Evans se completó con Porgy and Bess (1958) y Sketches of Spain (1959).  Podemos hacernos una idea de las plantillas instrumentales empleadas en estas obras, en este caso con el escore de Summertime, tema perteneciente a la opera  Porgy and Bess (1958).


En este arreglo el clarinete es sustituido por una  flauta 2ª, y el clarinete bajo, por flauta baja.

2.     Antecedentes de la tercera corriente en Valencia[1]

En la tesis doctoral Jazz a la ciutat de València: orígens i desenvolupament  fins a les acaballes del 1981, se documenta la existencia de tres obras pertenecientes al movimiento third stream estrenadas en Valencia durante la década de los setenta, que sin duda constituyen un antecedente de la aparición de este estilo en la ciudad: Pensado en Jazz de Eduardo Montesinos Comas, Concierto para Quinteto de Jazz y Orquesta, de José Nieto y Sonido y Ritmo, de Enrique Llácer.

Pensado en Jazz de Eduardo Montesinos Comas:

Único compositor valenciano representante del movimiento  third stream en el periodo que abasta la presente tesis: (de Agosto de 1928 hasta diciembre de 1981). Esta pieza escrita  para Big-band fue estrenada por el Grupo instrumental del Conservatorio de Valencia el 9/05/1972 en el salón de actos del Conservatorio Superior de Música y Arte Dramático de Valencia en la plaza San Esteban, aunque la obra empezó a concebirse en el año 1967, antes incluso de que el compositor comenzara a tener contacto con los primeros músicos de jazz de la ciudad como Liberto Benet  y Manolo López.[2]

Constatamos, según nos dice Fontelles, que la obra empezó a concebirse en el 67, antes del estreno del segundo Concierto Sacro de Duke Ellington en Barcelona en 1969, no obstante queremos resaltar algunos acontecimientos relevantes acaecidos con antelación a esta fecha de 1967:

-          En Abril de 1964 actuó en sendos recitales en Madrid y en Barcelona el Modern Jazz Quartet, acompañados por el guitarrista brasileño Laurindo Almeida.
-          En el año 1966, Duke Ellington con su orquesta y la cantante Ella Fitzgerald ofrecieron también en Madrid y Barcelona un espectáculo conjunto propio de su envergadura artística.

(...) Cuando Montesinos compuso la obra a partir del borrador original, desconocía la existencia de la tercera corriente y sus preceptos impulsados por su principal ideólogo Gunther Schuller, aunque coincidían en la idea  sobre el uso de la Big band partiendo de una concepción clásica, se encontró con la dificultad lógica de que la partitura se interpretara de una manera adecuada, ya que el fraseo musical jazzístico, a pesar de estar intuido en la partitura, resultaba desconocido para la mayoría de los músicos del Grupo instrumental del Conservatorio de Valencia.[3]

Es un hecho común, al igual que ocurrió con la propia aparición del third stream, que surjan de una manera espontánea este tipo de relaciones entre jazz y música clásica, que en su propio origen no fueron bautizadas como tercera corriente hasta 1957, casi una década después de su primer desarrollo discográfico.

(...) Esta obra resulta significativa porque fue la primera vez en Valencia que se compuso una obra explícitamente para  Big band,  con su plantilla específica que difiere notablemente de la formación tradicional bandística, para la cual también escribió en la misma época su Estudio en Jazz, que fue estrenado el viernes 6 de Junio de 1975 por La Banda Municipal de Valencia dirigida por José Mª Cervera Collado, en la Lonja de Valencia.[4]

Sin embargo, lo que nos parece realmente relevante, no es esta diferenciación entre las plantillas de big  band y banda tradicional, si no sus coincidencias, nos parece irremediable que necesariamente ambas formaciones tiendan cada vez más a aproximarse en una “tercera vía” entre ambas, beneficiándose  mutuamente. Como declaraba el pasado 4 de junio de 2013 un titular del periódico El PaísEl jazz y las bandas tradicionales, cada día más cerca.[5]

En el análisis que realiza Fontelles en su tesis, se pone el acento en resaltar los aspectos jazzísticos de la pieza: cabe mencionar que este análisis no es completo y solamente tienen la intención de señalar los aspectos más jazzísticos de la pieza.[6]

Pero justamente, nuestro objetivo es encontrar las similitudes con las características señaladas que puedan argumentar que esta obra se puede considerar como de tercera corriente. En primer lugar queremos resaltar la libertad formal de la pieza que se escapa de las estructuras estándars:

 Con una duración de cinco minutos aproximadamente, Pensado en  Jazz se estructura en un único movimiento uniforme pero sin mantener una linealidad  armónica  y rítmica definida, es decir: de una forma libre y dando margen a los músicos (tal como se desarrolla habitualmente el jazz) a pesar de no haber ningún “coro” abierto a la improvisación.[7]

Podemos observar varias características asimilables a la tercera corriente: en primer lugar la fusión de estilos jazzísticos y clásicos en este caso es lineal, es decir, en sucesivas secciones de una pieza. Justamente Fontelles nos dice explícitamente que la segunda sección de la obra parte con una estética más bien impresionista. Según Fontelles la instrumentación empleada por Montesinos está pensada para una formación propia de Big band y no bandística en su conjunto:

     Viento madera: (Saxofones):
  1. Altos I y II.
  2. Tenores I y II.
  3. Barítono.
  4. (Ningún Clarinete)
Viento metal: (Trompetas):
  1. I, II, III y IV.
  2. Sin fiscorno.
Viento metal: (Trombones):
  1. tenores 1ª y 2ª.
  2. Bajo.
  3. Tuba (añadida al grupo e independiente de las líneas marcadas por el contrabajo)
  4. Percusión: Caja China; Maracas; Bongos. Claves; Vibráfono (aparece en el compás 143 añadido a la melodía interpretada por el viento/madera y viento/metal perteneciente a la variación III del tema).
Sección rítmica:
  1. Piano
  2. Contrabajo
  3. Batería: (el autor especifica su composición estructural: Bombo (de pedal); Tom-tom Base; Caja; Cajas rumberas; Charles; Platos suspendidos (con la indicación “c” tocar al centro).



[2] Fontelles 2010, pág. 439
[3] Fontelles 2010, pág. 439-41
[4] Fontelles 2010, pág. 441
[5]Játiva, Juan Manuel: “El jazz y las bandas tradicionales, cada día más cerca.” El País  4 de junio de 2013.  http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/06/04/valencia/1370364644_218153.htm [Última consulta 26/06/16]   
[6] Fontelles 2010, pág. 442
[7] Ídem. 

Sin embargo podemos apreciar que la disposición y la escritura de los pentagramas de percusión son  netamente bandísticos. Si sustituimos la batería por timbales tendríamos la plantilla típica de cualquier banda sinfónica. Además el hecho de tener una tuba añadida al grupo e independiente de las líneas marcadas por el contrabajo, aparte de trombón bajo, también nos resulta peculiar. Pensamos pues, que se trata de una obra de tercera corriente embrionaria, es decir, no pensamos que la fusión se realice de una forma consciente. Se trata de un compositor clásico que trata de recrear una sonoridad de big band americana, al que se le traslucen sus rasgos personales como compositor: el estilo third stream en esta obra es fruto de una amalgama más que de una búsqueda.

3.     Las primeras big bands en Valencia

Jose Luis Granell es el artífice de la primera big band estable  de Valencia, la Jove Jazz Band, creada en 1984, así como de la primera big band universitaria creada en 1998, la B.B.U. Los primeros esfuerzos por montar big bands, también fueron recogidos en el Perdido Club de Jazz: la “Jove Jazz Band”, que dirigía Jose Luis Granell, se presentó el 13 de marzo de 1985. Y la “Big Band Jazz Valencia”, montada por Ramón Cardo, el 14 y 21 de abril de 1988.  

Per l’altra banda: Ramón Cardo big band 2002

Por primera vez una big band valenciana dedica un disco a composiciones propias, en este caso escritas y arregladas por los saxofonistas Ramón Cardo, José Luis Granell y Jesús Santandreu y el guitarrista Daniel Flors. La prestigiosa revista Cuadernos de Jazz eligió este trabajo como el mejor disco español de jazz de 2003.

Cuando toqué por primera vez con la banda de Godella, donde nací y empecé mi carrera musical, tuve una sensación placentera que es difícil de describir con palabras y que, por otra parte, todo músico que haya formado parte de cualquier tipo de banda conoce. Escucharme arropado por otros sonidos, comprobar la magnitud del resultado, descubrir que lo que uno toca forma parte indispensable del todo, produce una inmensa felicidad. Me sentí tan pletórico que esa experiencia marcó mi trayectoria dentro de la música, y con el paso del tiempo volví a encontrar la misma emoción en situaciones diferentes, como cuando escuché por primera vez a los Jazz Messengers de Art Blakey, o cuando me senté en la sección de saxos de la Big Band del Taller de Músics de Barcelona, y en muchas otras ocasiones en las que he colaborado con formaciones y músicos de todo tipo. Eso sí, casi siempre ha coincidido con circunstancias en las cuales había una notable presencia instrumental.[1]


[1] Caratula del disco Per L'altra banda Valencia: Institut Valencià de la Música, D.L. (2003). 



Viendo la primera hoja de la pieza de Ramón Cardo Can-Cos que abre el presente trabajo, nos podemos hacer una idea de la estética global del Cd, y de la evolución en la escritura valenciana para Big Band acaecida desde 1972, fecha en la que encontramos la primera pieza escrita que hemos documentado en este trabajo: Pensado en Jazz de Eduardo Montesinos.
La tónica general de esta edición se adapta a la plantilla moderna de Big Band, con cuatro voces más o menos independientes por cuerda, a la que tanto Cardo como Granell, añaden en ocasiones un pentagrama superior para un saxo solista, cuerda instrumental que en todas las ocasiones se ve reforzada por un quinto saxo barítono, como viene siendo habitual en las plantillas de Big Band moderna.
Vemos desplegarse un “soli” de saxos a dos voces remarcado por los acentos y respuestas del metal, en una partitura que se desarrolla a una velocidad de negra = 220, (puro Bop). No obstante las armonías cifradas en el piano y la guitarra sugieren un ambiente modal, que desarrollan con total libertad, ya que al igual que en el caso de la batería, solo se encuentran escritos los “kicks” rítmicos obligados y la sugerencia del swing inteligentemente marcado a corchea real, ya  que a esta velocidad otra figuración de swing atresillada, sería irreal.
Podemos apreciar claramente como la escritura es profesional y certera, al igual que cualquier partitura de Big Band americana moderna. Sin embargo nos llama la atención una característica que se repite tanto en las obras de Cardo, como en las de Granell, (compositores protagonistas del Cd), la forma de Suite.


A pesar de que la pieza contiene amplios espacios para la improvisación, y los acompañamientos de la sección rítmica a veces tan solo están sugeridos con los cifrados, los kicks, a excepción  de la guitarra, están totalmente escritos, al igual que el break de batería que da paso al tercer tiempo de la pieza.
También resulta significativo el hecho de que la introducción en rubato del piano en el segundo tiempo esté totalmente escrita sin cifrar. Sin duda esta es la obra del Cd con una mayor integración entre composición e improvisación.
Los tiempos rápidos de la obra contienen una amalgama rítmica con cambios afro en un contexto swing predominante, y la parte central lenta, numerosos cambios de velocidad, pero como ya hemos dicho, estas amalgamas y cambios rítmicos redundan en aspectos formales integrados y en una cohesión clásica de la pieza en términos puramente jazzísticos.
El contrapunto estilístico a las  estéticas más o menos uniformes de Ramón Cardo y José Luis Granell en este Cd, lo añaden las obras Out of Print  de Daniel Flors y Soulmental  de Jesús Santandreu.


En primer lugar, la pieza de Santandreu Soulmental, es la única del Cd que rompe radicalmente el ritmo swing, característica constante de todo el disco. Igualmente es la única pieza también, que incluye un bajo eléctrico en lugar de contrabajo y un solo de guitarra con sonidos  procesados entre la distorsión y el wha wha.
Podemos apreciar en los compases 3 y 4 el patrón funky, de groove constante en la obra, del bajo eléctrico y la bateria, radicalmente distinto a la tónica predominante de walking a negras del contrabajo y corchea swing de la batería que impera en la mayoría de los cortes del Cd. También hay un despliegue tímbrico de las voces bien diferenciado al uso más standard de las piezas de Cardo y Granell. En esta pieza el saxo barítono actúa de manera independiente al resto de las voces de saxofones, que a su vez  se dividen en divisis estructurales, como queriendo buscar distintos coloridos dentro de cada cuerda instrumental.
Armónicamente, la pieza  es claramente modal, con una sonoridad mixolidia y unas relaciones modulantes no funcionales, y estructuralmente  se amalgama entre bloques de 12 y 16 compases pero sin mantener cambios de blues, sino más bien de una forma modular extendida sobre bloques monoacordicos.


En principio  puede parecer que la pieza del guitarrista Daniel Flors, Out of Print, juega en desventaja en comparación con el resto de trabajos de este Cd  realizado exclusivamente por compositores que son todos ellos saxofonistas, a los que se les supone un mayor conocimiento del lenguaje de la Big Band, sin embargo, la primera gran aportación de Flors en este Cd es la armonía. Sin duda las armonías más complejas en la sección rítmica  y la mayor densidad armónica instrumental de las voces de los vientos la añade Flors en este trabajo.


Si observamos detenidamente podemos apreciar, que a excepción de las trompetas 1ª y 4ª, ninguna voz está doblada por otra, lo que provoca masas sonoras acordales cercanas al clúster, que por otro lado funcionan perfectamente en un nivel melódico sobre un swing engañosamente uniforme. En esta pieza el contrapunto es de bloques, para resaltar esta característica tímbrica especial en la que deviene la extensión armónica masiva. La otra característica de Flors es la amalgama de compases, en un uso bien diferenciado al resto de compositores que participan en este Cd. Mientras la tónica  habitual es el cambio de compases en referencia a patrones estándars: swing, afro, funky, con progresiones rítmicas: half-time, double-time… etc. Flors incrusta amalgamas rítmicas claramente progresivas al margen de cualquier patrón rítmico estándar.  


Así pues, en este Cd del año 2003, encargo del IVM al saxofonista y director de Big Band Ramón Cardo, podemos encontrar dos estéticas, que corresponden a dos búsquedas bien diferenciadas, por un lado, la escritura virtuosa y con conocimiento del medio de José Luis Granell y Ramón Cardo, ambos directores de Big Band, y por otro, la arriesgada  búsqueda de modernidad y vanguardia desde dos puntos de vista diferentes de Jesús Santandreu y Daniel Flors.[1]




4.     Del cool jazz al ensemble sinfónico de vientos en Valencia

4.1.  Brassiana (Ramón Cardo, Jesús Santandreu, David Defries, Lluís Vidal 2000-2008) (quinteto de metales & trío de jazz)

Brassiana es una composición original para quinteto de metales y sección rítmica del compositor y pianista catalán Lluís Vidal, encargo de Spanish Brass Luur Metalls que se estrenó el 1 de diciembre de 2000 en el marco del Festival Avui Jazz de Vila-real. Desde entonces el proyecto ha ido madurando hasta completar un repertorio original para quinteto de metales y trío de jazz con obras de Lluís Vidal, además de Ramón Cardo, Pascual Piqueras, David Defries y Jesús Santandreu.
El trío de Lluís Vidal siempre ha estado formado por él mismo y su camarada de la Orquesta del Teatre Lliure el batería David Xirgu. También a esta misma formación pertenecía el contrabajista Jordi Gaspar, quien se encargó de las primeras grabaciones del trío, aunque a partir del siglo XXI se han alternado en la formación los bajistas Alexis Cuadrado, David Mengual y más recientemente Masa Kamaguchi. Por la época, imaginamos que el trío encargado del estreno de Brassiana fue el clásico, formado por Lluís Vidal, David Mengual y David Xirgu.
Posteriormente el IVM encargó una pieza para quinteto de metales & trío de Jazz al saxofonista valenciano Ramón Cardo. La obra en forma de Suite en tres tiempos titulada Colorets  fue estrenada por el grupo Spanish Brass Luur Metalls el 1 de junio de 2004 en el Festival Internacional de Música de cámara Spanish Brass Alzira e incorporada a este espectáculo que se conformó con el nombre de la primera suite compuesta por Lluís Vidal.
Después de la edición de Per l’altra banda de Ramón Cardo big band en 2004, un nuevo acuerdo entre el IVM y la editorial de música Piles, permitió una edición de las partituras de este trabajo. De forma paralela a la serie Xàbia Jazz,  el IVM realiza un nuevo encargo para esta misma formación en el año 2008, esta vez al saxofonista y compositor valenciano Jesús Santandreu: Neumatofonía, aunque las partituras de esta nueva obra no llegaron a editarse en esta editorial.
Entre septiembre y diciembre de este mismo año en los Estudis 44.1 de Girona, se grabaron todos estos materiales y se lanzaron bajo el sello Anacrusi (AC 073), finalmente los cortes elegidos fueron:

1. Colorets – Ramon Cardo
Colorets I, Colorets II, Colorets III 
2. Neumatofonía – Jesús Santandreu “Xiquet” 
3. Espadas – David Defries 
4. Brassiana – Lluís Vidal
Part I, Part II, Part III, Part IV, Part V
 El análisis de este Cd resulta complejo ya que reúne trabajos de distintos autores entre los años 2000 al 2008, teniendo como nexo de unión distintas interrelaciones entre el quinteto de metal y el trío de jazz.
La tónica general del presente trabajo se articula alrededor del hecho de que las partes del quinteto siempre están totalmente escritas, mientras que las partes del trío en ocasiones están abiertas a la improvisación con la consecuente escritura tradicional jazzística. Entre lo camerístico y lo jazzístico se articulan  Espadas  de David Defries  escrita integramente para el quinteto sin intervención del trío, y  Colorets  de Ramón Cardo, escrita con un constante flujo jazzístico en el trío y una trasposición de la concepción de escritura para big band en el quinteto.
Paradójicamente las obras más unificadas estéticamente son la primera y la última en el tiempo. Tanto   Brassiana  de  Lluís Vidal, como Neumatofonía  de Jesús Santandreu muestran una ruptura rítmica del tempo swing y una mayor integración entre el quinteto y el trío con marcado acento camerístico, donde se solapa el protagonismo de ambos no solo en las partes improvisadas, sino en el trascurso de toda la obra, quedando patente el tratamiento temático más cercano a un desarrollo clásico contemporáneo que no jazzístico.
Vamos a analizar a continuación la partitura compuesta por Ramón Cardo para este proyecto.[1]





La estructura de la pieza se corresponde con lo que Gunther Schuller denomina como un primer estadio de forma extendida: la ampliación formal a través de introducciones, interludios y codas, en este caso de una forma estándar de 32 compases, que en su repetición se transforma a través de la rearmonización y la variación en una forma compacta de 64 compases, que una vez constituida se repite integramente tres veces.


Inteligentemente, Cardo ha denominado a su obra Colorets, dejando que sean otros los que empleen el término suite para definirla. Al igual que en Colorets 1, el título hace referencia a distintos centros “tonales” que se establecen como distintos “colores” modales, en el caso de la primera pieza con predominancia de estructuras lidias, y en este Colorets 2 con la ambigüedad modal entre Cm y su relativo Eb. Otro rasgo que unifica las tres piezas es la construcción formal, rasgo este que ya habíamos observado en la suite de Cardo de su trabajo coetáneo Per l’altra banda.
Después del protagonismo de los metales en Colorets 1 y de la sección rítmica en  Colorets 2, llega el momento de los breaks de solista y los “cuatros” con la presentación igualitaria de todos los instrumentos en Colorets 3.
El tema A de Colorets 3 es un resumen de todos los temas principales de la suite: la cabeza de negra más corcheas (en este caso anticipada), la progresión de corcheas con el tema de cierre en los compases 31 y 32 y las sincopas y la progresión de tres corcheas que se desarrolla en la segunda entrada del tema A en el compás 41, después de un nuevo puente pedal con improvisación de piano en el compás 33.
La velocidad, el fraseo y la característica exposición a unísono de todos los metales asimilan la pieza a una pura tradición be bop, la peculiaridad del tema A de Colorets 3, es que se desarrolla sobre un puente pedal de Bb (sus4)


Esta exposición, desarrollo y reexposición de Colorets 3, resulta arrolladora y contundente a velocidad hard bop, acontece en menos de 2 minutos y da paso a una amplísima sección de solos en forma rhythm changes y armonía tonal en Bb, que habría que considerar como una parte C, ya que en principio no tiene nada que ver con los temas y armonías expuestas en Colorets 3. Pensamos que el sentido de esta forma estándar final de solos es totalmente estructural y justifica la forma de toda la suite. Colorets 1, era un bloque cerrado de 64 compases, fruto de la suma de dos formas estándars de 32 compases, Colorets 2 era una forma cerrada de 32 compases, partida por una sección pedal central de dominante de 8, y si sumamos las secciones de Colorets 3, 16 compases de introducción, 32 de exposición, 32 de desarrollo de tema B y tema sincopado más 32 de desarrollo de tema A y reexposición, suman los 112 compases resumen de toda la suite, que estructuralmente siempre gira entorno a la expansión de una forma estándar de 32 compases, concretamente la forma  rhythm changes, es lógico que la sección final de solos de toda la suite concluya justamente con esta forma que ha estado sugerida desde el principio. Escuchando este Cd en su totalidad podemos obtener un visión general del trasvase estético third stream Barcelona-Valencia, y un resumen de la evolución de este movimiento en nuestro ámbito jazzístico.
En el año 2000 Lluís Vidal compone y estrena la suite Brassiana para Spanish Brass Luur Metals, suponiendo una extensión de la concepción heredada de  la Orquestra de Cambra Teatre Lliure, que  pasó a estar bajo la dirección de Lluís Vidal en 1997 y desapareció en  2003. En el año 2004 Ramón Cardo, antiguo  miembro de la Orquestra de Cambra Teatre Lliure compone Colorets, que si bien se trata de una suite de jazz, el hecho de estar totalmente escrita para el quinteto de metales, fuerza a Cardo a acercarse a una estética camerística cercana al cool y al jazz modal, que como pronostica Schuller, persigue una apertura de las formas estándars, pero, en este caso Cardo no renuncia a ellas. 


4.2.  Trilogía third stream (Albert Sanz 2004-2015)


L’emigrant  para Bigband. (2015)

Con este trabajo presentado en el Festival de Jazz del Palau de la Música de Valencia el 10 de julio del 2015, Albert Sanz al frente de la big-band de Sedajazz completa su trilogía third stream iniciada con El Fabulador (Albert Sanz y los Once Dedos 2004). Este disco de “Albert Sanz y los Once Dedos”, fue la cuarta entrega de la serie Xàbia Jazz, promovida por el IVM. Una vez más podemos establecer un paralelismo entre la historia general y la local en cuanto a lo que esta influencia se refiere, así como la tercera corriente estuvo precedida, en cierto sentido, por el Cool Jazz, y su búsqueda de una sonoridad orquestal ampliada, este trabajo de Albert Sanz, crea un precedente en la búsqueda de esta misma sonoridad, que se desarrollará posteriormente en su trabajo Russafa Ensemble, cuya presentación se realizó en el marco del 33º festival internacional de música contemporánea Ensems 2011, creando sin duda un hito en el encuentro del jazz y la musica clásica contemporánea en Valencia.

El Fabulador: Albert Sanz y los Once Dedos. (2004)



Albert Sanz (p); Pau Domenech (cl bajo);              
Perico Sambeat (sa); Mamen García (voc en #7);
Raynald Colom (tp); Vicent Macián (st);
José Sebastiá, Rafael Mira (trompa);
Javier Vercher (cl, st); Rob Stillman (st en #6);
Toni Belenguer (trombón); 
Chris Van Voorst van Best (cb); R. J. Miller (bat) 

Queremos resaltar, que aunque no hemos encontrado ninguna referencia crítica que relacione este trabajo, con Gil Evans y su Birth of the Cool, la plantilla y la sonoridad tiene una semejanza más que considerable, que justamente se asienta en su posterior Russafa Ensemble, trabajo del cual sin duda alguna es predecesor.
Después de la edición de Per l’altra banda de Ramón Cardo big band en 2004, un nuevo acuerdo entre el IVM y la editorial de música Piles en 2005, permitió una edición de las partituras de la Suite Colorets de Ramón Cardo para Spanish Brass Luur Metals  y de una de las piezas de  este trabajo de Albert Sanz para la colección Xàbia Jazz: Interludio.


La plantilla de la obra está compuesta para un ensemble de once instrumentos que hace referencia a la formación que grabó el Cd: “Albert Sanz y los once dedos”, y contiene además del trío de la sección rítmica: piano, contrabajo y batería, cuatro maderas: flauta, clarinete, clarinete bajo, saxo tenor y cuatro metales: dos trompas, trompeta y trombón, aunque el piano apenas tiene notas escritas y la batería ninguna indicación en la partitura.
La pieza está dividida en dos partes, una primera para el ensemble y una segunda parte más breve para piano solo, de la cual no hay nada escrito en esta edición.
La pieza fluctúa entre las fanfarrias para vientos solos y las partes apoyadas por la sección rítmica, de las cuales solo está escrito el contrabajo integramente. Tiene un carácter binario con sucesión y trasformación de un tema A y un tema B contrastante, que se pueden  amoldar a una microforma compuesta por: Exposición, Desarrollo, Reexposición, aunque realmente las relaciones entre estas tres breves partes son complejas.
Hemos realizado una reducción pianística para poder analizar en profundidad esta breve pieza. A simple vista podemos apreciar el contraste temático entre el primer tema que abarca hasta el segundo calderón del compás 12, de carácter contrapuntístico, nota contra nota la mayor parte del tiempo, y textural con la entrada de los unísonos  tímbricos que acompañan a este contrapunto y el segundo tema de carácter más melódico, pero  con armonías inauditas, que como ya hemos dicho, está apoyado por la sección rítmica a partir del 3/4 del compás 13. Ambos temas conforman la exposición de la pieza que se prolonga hasta el compás 19, donde contrabajo y piano inician un desarrollo a modo de contracción en corcheas del primer motivo principal.
Es difícil poder definir el material melódico que conforma este tema A, por un lado tenemos un pequeño ciclo de quintas Ab, Eb, Bb, Eb que por otro lado está armonizado por cuartas justas en movimiento paralelo, al que precede una especie de arpegio de Dm que no guarda ninguna relación, aparte de interválica (sextas en movimiento contrario) con la melodía que lo armoniza,  y de repente en el compás de 6/4 se rompe toda relación obvia. Sin embargo, si analizamos las melodías graves y agudas de forma independiente, podemos observar que conforman dos series decafónicas hasta el primer calderón, en las cuales se omiten las notas F# y A en la serie superior, y C, G en la inferior, por lo que entre ambas completan el cómputo total de los doce sonidos, eso sí sin ningún tratamiento serial. Por otro lado la segunda y tercera entrada hasta el calderón del compás 12 conforman una serie de 11 sonidos en la voz superior a excepción de nuevo del F# y una serie dodecafónica completa en la voz inferior, pero con repeticiones libres de notas. [1]






Russafa Ensemble (2011)

El Russafa Ensemble es un pequeño oasis de sonido en estos tiempos en que escuchar grupos estables resulta cada vez más difícil. Música original de Albert Sanz a camino entre Ellington y Gil Evans, Prokofiev y Messiaen, improvisación libre y el beat de New Orleans o de los Gnawas del norte de África.[1]



Tracklist:
1. Entre el 7/4
2. Ubik
3. Jus d’orange
4.
Mercedes’s dream
5. Gnawans
6. Lovescape
7. Paisatge del seu cor
8.
Flor d’abril
9. Riffin / La senyoriro



Músicos: Pau Moltó, trompa; Sergio García, trompeta; Vicent Pérez, trombón; Víctor Giménez, saxo alto; Borja Baixauli, saxo tenor; Jesús Díez, tuba; Albert Sanz, piano y composición; Alessandro Cesarini, contrabajo; Miquel Asensio, batería.
Invitados especiales: Toni Belenguer, trombón en 1 y 4,  Carlos Martín, cajón en 5 y 8. Grabado en Café Mercedes Jazz, 1 y 2 de abril de 2011, por Quique Morales (excepto “Mercedes’s dream grabado por Albert Sanz”)
Por primera vez en Valencia, esta hermandad entre música clásica contemporánea y jazz, que ya habíamos observado en Barcelona con la Orquesta del Teatre Lliure, se ve plasmada en un espectáculo promovido institucionalmente, en el que se alternaron  obras de Albert Sanz y del reputado compositor contemporáneo Jesús Rueda. 
Reafirmamos la figura de Albert Sanz como autor third stream valenciano, abalado por la continuidad de sus trabajos personales: El Fabulador  (Albert Sanz y los Once Dedos 2004), Russafa Ensemble (2011) y L’emigrant (Albert Sanz y Sedajazz big band 2015), en donde confluyen las estéticas iniciadas en los anteriores trabajos: Ellington, Gil Evans, third stream, músicas étnicas y música de raíces valenciana, conviven en la estética personal de Sanz que se amalgama entre la música contemporánea y el jazz mediterráneo.
Entre las principales características musicales que definen al autor podemos destacar: la amalgama de compases y la ruptura de la rítmica tradicional en contextos jazzísticos, la búsqueda de nuevas plantillas con la inclusión de instrumentos “clásicos” no tradicionales en el jazz, la búsqueda de un lenguaje compositivo libre a través del eclecticismo de técnicas y estéticas empleadas, donde conviven atonalidad, polimodalidad  y politonalidad, sin renunciar a atractivas partes cantábiles con incursiones tonales.
También hemos podido comprobar como la forma suite se manifiesta como la predilecta por parte de varios de los autores analizados, y que en el caso de Albert Sanz se desarrolla ampliamente en su último trabajo: La Suite de  L’emigrant (2015), en donde por un lado podemos encontrar “la suite” en sí, con cierta unidad estilística, que da paso a una segunda parte más ecléctica, donde destaca la multiculturalidad y la fusión con músicas de raíces de la mano de la cantante hindú Ganavya Doraiswamy y el cantaor de Gandía Carles Dènia, como resumen del viaje iniciático de “l'Emigrant”.


4.3.  Journey into jazz. Transcripción para banda sinfónica de Rafael Sanz-Espert. (2008)  

 Un año antes del lanzamiento del disco Stringworks de David Pastor, había salido a la venta  el segundo nuevo CD de RTVE Música (Radio Televisión Española) Jazz sinfónico, que recoge obras tales como el Concierto para quinteto de jazz y orquesta, de José Nieto, (obra que como ya hemos visto había constituido un antecedente de la tercera corriente en su estreno valenciano del año 1974), también incluía  Journey into jazz de Gunther Schuller, y Porgy and Bess suite de George Gershwin, temas interpretados por la Orquesta de RTVE y el Quinteto de Jazz, bajo la batuta de José Nieto, que ofrecen una verdadera fusión de música clásica y jazz.

Justamente este cuento musical de Gunther Schuller Journey into jazz compuesto en 1962,  fue transcrito para banda sinfónica por el maestro Rafael Sanz-Espert. [1]



Este fue un proyecto que grabó la Banda Sinfónica Municipal de Bilbao el pasado 14 de diciembre de 2008 en el Auditorio del Palacio Euskalduna junto a los artistas invitados: David Pastor (Trompeta), Perico Sambeat (saxofón alto), Jesús Santandreu (saxofón tenor), Albert Sanz (piano), Matthew Baker (contrabajo), Juanjo Garcerá (batería), Txomin Mujika (narrador). Todos ellos dirigidos por el maestro Rafael Sanz-Espert que además fue el transcriptor de esta obra de Gunther Schuller, justamente el mismo año 2008 en el que había sido relanzada en un nuevo Cd producido por la BMOP (Boston Modern Orchestra Project), dirigida por Gil Rose,  con la participación de Gunther Schuller (narrador), David Ballou (trompeta), Matt Darriau (saxofón alto), Jason Hunter (saxofón tenor), Edwin Schuller (bajo) y George Schuller (batería).
Esta obra original cuenta la historia de  Peter Parker, "un niño que aprendió sobre el jazz", en la versión del maestro Rafael Sanz-Espert narrada por Txomin Mujika, este niño es David Pastor, y en la versión de la BMOP (dedicada a los hijos de Gunther Schuller, Edwin y George) Eddie Jackson como diminutivo familiar de Edwin.
Nos ha sido imposible conseguir las partituras de la transcripción para banda de  Rafael Sanz-Espert, ya que no están publicadas,[1] por lo que a continuación  vamos a analizar la obra original de Gunther Schuller, con el texto escrito por el célebre critico de jazz Nat Hentoff.
La obra habla del crecimiento musical de Peter Parker, un niño que empezó a tocar la trompeta clásica y accidentalmente descubre el jazz a través de unos vecinos que ensayan en su barrio. El líder de la formación jazzística, el saxo tenor, ejerce como gurú de Peter dándole una serie de lecciones sobre el jazz y la música en general, en cada una de las cuatro visitas que realiza al ensayo de la banda, que suponen su crecimiento como músico y la adquisición de un lenguaje personal.
Metafóricamente, este argumento es extrapolable al desarrollo de la tercera corriente y en algún sentido posee un cierto carácter autobiográfico que define la carrera artística de Gunther Schuller.
La influencia de esta obra en la tercera corriente valenciana ha sido clave, se haya detrás del estreno en 1974 del Concierto para Quinteto de Jazz y Orquesta de José Nieto, ya que en un principio el maestro Odón Alonso,  fue al club Bourbon Street de Madrid para proponer al quinteto de jazz, en el que José Nieto tocaba la batería, interpretar esta obra junto con la Orquesta de TVE, pero este encuentro derivó con el encargo del Concierto a José Nieto. Lo que nos hace suponer que el formato de  Concierto para Quinteto de Jazz y Orquesta de Nieto está necesariamente inspirado en la plantilla de Journey into jazz.
El nuevo lanzamiento de esta obra por la BMOP en el año 2008 coincidió con el estreno de la transcripción para banda sinfónica del maestro Rafael Sanz-Espert, teniendo a David Pastor como solista y a un combo de jazz formado por músicos valencianos o afincados en Valencia, que en esta ocasión también incluyó al pianista Albert Sanz, que además de tocar las partes cifradas de la obra destinadas al combo de jazz, dobló algunas partes orquestales escritas para el arpa en la versión original.
En las partes se especifica que la flauta y el clarinete pueden ser interpretados por el saxofonista alto del combo de jazz, y en el video de la CBS Television, podemos apreciar que la percusión de las partes sinfónicas las interpreta el propio batería del combo, con la caja y los platos ride, crash y sizzle (plato remachado), lo cual nos da a entender que la fusión de plantillas entre combo y orquesta es real y práctica. La orquesta toca en las partes de jazz, y el combo en las partes sinfónicas.



[1] La transcripción para banda de  Rafael Sanz-Espert se puede escuchar íntegramente en el siguiente enlace: Os invitamos a disfrutar con un cuento musical: JOURNEY INTO JAZZ. [Última consulta: 27/06/16]


Leonard Bernstein - Journey into Jazz por dow30


En este mismo video se puede observar igualmente que la orquesta de cuerda es numerosa y que posee tres contrabajos, ya que hay abundantes divisis, por lo que además de la integración entre vientos y percusión de la orquesta y el combo, las cuerdas tienen un papel predominante, además del oboe y el arpa encargados principales de presentar el tema de Eddie. La  gran dificultad oscila en la realización de esta sección en el arreglo para banda sinfónica de Rafael Sanz-Espert, ya que prácticamente toda la primera sección está interpretada por la cuerda en pizzicato, (básicamente doblando al arpa), y la tradicional formula de sustituir clarinetes por cuerdas, no acaba de funcionar aquí, además, como ya hemos visto el limitado uso de los vientos orquestales aun dificulta más si cabe la orquestación para banda. Es justo con los divisis de la cuerda y los tutti con que se da paso a la segunda sección de desarrollo de la 1ª parte, cuando se crea la oportunidad de una mayor sonoridad orquestal en la banda. La estructura de las dos primeras grandes partes es similar, constan de una primera sección más breve de exposición y una segunda sección más amplia de desarrollo temático. En esta ocasión el abandono del pizzicato y los divisis en las cuerdas, permiten una transcripción  más amplia en la versión para banda sinfónica. Siendo ya ésta la tónica general de la sonoridad orquestal hasta el final de la obra, que había sido más escueta en la primera parte, ciñéndose la banda sinfónica casi literalmente al arreglo original de Schuller.


En el fondo esta obra de Schuller tiene mucho que ver con otra pieza anterior: Transformation (1957), ya que en ambas la forma deviene un proceso, en el que se pasa de unas estéticas a otras con sutiles cambios y solapamientos.


Realmente David Pastor se luce en todas sus intervenciones, estando a la altura de Don Ellis, Chris Kase  y David Ballou, los trompetistas de las otras versiones referidas. Incluso podríamos afirmar que muestra un mayor desparpajo a la hora de tomarse licencias en las intervenciones escritas, que redundan en una mayor expresividad de las indicaciones.


Podemos apreciar en esta 5ª intervención del combo, como el  5º tema de jazz es el más amplio, y el más compuesto, además los refuerzos de los metales de la orquesta, con las trompas y las trompetas, sugiere la sonoridad Gil Evans de los   proyectos en los que Gunther Schuller participó, hecho este que aún se refuerza más con la participación masiva de los metales y bronces de la versión para banda de Rafael Sanz-Espert, que resalta las concomitancias entre la sonoridad cool de la Gil Evans-Miles Davis band y este tipo de sonoridades third stream, que se están produciendo en Valencia entorno a las bandas de jazz y las bandas tradicionales. 


Un pequeño episodio Poco calando en el compás 447 y Poco affrettando en el 449, donde el oboe retoma la cabeza del 5º tema de jazz,  nos lleva a la brillante Coda final en el compás 452 con un gran tutti orquestal  ascendente y triunfal en Eb y un pequeño turnaround también en Eb por parte del combo de jazz.


4.4.  Eclosión de la obra sinfónica de Jesús Santandreu

A partir del año 2010 la carrera musical de Jesús Santandreu da un vuelco, revelándose como uno de nuestros más prometedores compositores de música sinfónica para ensemble de viento con los estrenos de sus obras Sortes Diabolorum que estrenó en Brasil la “Orquesta de Sopros Brasileira-Banda Sinfónica” el día 28 de Mayo de 2010,  dirigida por el maestro Darío Sotelo y La Noche de Brahma, que fue elegida Obra Obligada para la Sección 1ª dentro del Certamen Internacional de Bandas de Música de Valencia 2010, constituyendo una especie de reconocimiento oficial a su trabajo por parte de las instituciones de su ciudad de origen, trabajo profundamente enraizado en el mundo jazzístico y que se ve consolidado en esta vía intermedia entre jazz y música clásica, con sus posteriores obras: Think of Jazz, concierto para sexteto de jazz, banda sinfónica y coro que se estrenó en el acto de clausura de la XII edición de “Com Sona l’ESO”, el  día 13 de mayo del 2011 en la plaza de toros de Morella (Castellón)  y Oneiric Discourse concierto para saxofón tenor y ensemble sinfónico de vientos, encargo del maestro Mathew George para la Universidad de St. Thomas en Minnesota que se estrenó el  23 de octubre  de 2011.
Estas obras y su constante línea de formación y trabajo, van a asentar a Jesús Santandreu como el más importante compositor de música de tercera corriente jazzística, en el panorama de la música actual en Valencia, con la particular característica autóctona que supone la revalorización y modernización del repertorio de nuestras tradicionales Bandas de Música.

J.S. Yo afirmaría que el primer acercamiento real al jazz en el certamen de bandas sinfónicas de Valencia aconteció en 2001 con la obra de Gregory Fritze Variaciones Sinfónicas. El segundo movimiento de esta pieza Scherzo tenía una sección improvisada para saxo tenor donde destacaba una cadencia libre totalmente improvisada. Muy bien integrado al lenguaje bandistico, por cierto, por parte del Dr. Fritze.[1]

Al respecto de esta cuestión hemos podido establecer un nexo de unión en el triángulo: Gregory Fritze,  Rafael Sanz-Espert, Jesús Santandreu, como máximos responsables del incipiente movimiento de tercera corriente que se está asentando en la comunidad valenciana en el ámbito de las tradicionales bandas de música.



[1]Santandreu, Jesús. Entrevista 2013.

Su primera relación con la actualidad musical española surge en 1988, cuando a petición de una banda valenciana (dirigida por el maestro Francisco Carreño Garrido) compuso la pieza Festival Overture. En 1993, viaja a España para conocer al maestro Carreño en Buñol. A raíz de este encuentro la figura de Gregory Fritz se asociará  al panorama musical español (y sobre todo valenciano), una relación que sigue muy viva en la actualidad, ya que es uno de los principales pilares y figuras del campus de la Berklee College of Music en Valencia.
En una entrevista realizada en el marco de los cursos de verano de arreglos y composición para banda sinfónica fruto del convenio suscrito el 25 de mayo entre CulturArts Generalitat y Berklee Valencia, S.L. para la integración de los miembros de las sociedades musicales en los cursos de Berklee College of Music Valencia durante 2015, tuvimos ocasión de hablar con el maestro de ésta y otras cuestiones. [1]
Para empezar Fritze se relaciona con Gunther Schuller, a través de Harvey Phillips, su profesor y compañero de Schuller.  Phillips fue nombradoDoctor Honoris Causa” en el New England Conservatory en 1971, justo un año antes de que se instaurase el departamento de tercera corriente.
Fritze  recibió su licenciatura en composición en el Conservatorio de Boston, donde estudió composición con John Adams y tuba con Chester Roberts. Recibió su maestría en composición en la Universidad de Indiana en Bloomington, Indiana, donde estudió composición con Thomas Beversdorf, John Eaton y Fred Fox y tuba con Harvey Phillips. Su trabajo de investigación estuvo basado en la música  para bandas sinfónicas españolas. La mayor parte de esta investigación se realizó en Valencia, durante la primavera de 1996 aprovechando un año sabático de su labor docente en el Berklee College of Music y en la primavera de 1997  gracias a una beca de investigación Fulbright Senior. [2]

-          JP. Centrándonos en el tema de la influencia de la tercera corriente en Valencia, una de las hipótesis centrales de mi tesis es: el acercamiento entre el jazz y las tradicionales bandas de música valencianas, y en este sentido Jesús Santandreu ha devenido como el máximo exponente del third stream valenciano.  ¿Cómo os conocisteis?
-          GF.  Conocí a Jesús en 1996. Por aquel entonces Rafael Sanz-Espert era el director de la banda de Carcaixent. Rafa me dijo que había un saxofonista en la banda que tocaba jazz y había compuesto diversas obras jazzísticas. Rafa preparó un encuentro entre Jesús y yo en Buñol, yo escuché sus obras de jazz que eran muy buenas, y le comenté la posibilidad de presentarse a una beca de Berklee. Un año después Jesús ganó la beca y fue a Berklee en Boston por dos años. Estuvo tocando en las bandas y grupos de jazz donde aprendió mucho.

Un año después de que Jesús Santandreu  obtuviera la licenciatura superior en Performance  en el Berklee College of Music de Boston, Rafael Sanz-Espert encargó a Gregory Fritze la composición de una obra para la Lira Carcaixentina, banda que dirigía en ese momento, que incluyese una cadencia jazzística improvisada para saxofón tenor que interpretó Santandreu en el marco del Certamen de Bandas de Valencia 2001.[3]

-          GF. El segundo tiempo es un típico "Scherzo", la sección A tiene dos partes [tararea las melodías], la primera parte posee armonías jazzísticas (pero no ritmo de jazz) y un solo de batería y tom-toms. La segunda parte posee además ritmo jazzístico y el solo de saxofón. Fue una sorpresa para todo el mundo en la plaza de toros… Es una pena que no haya ningún video de este concierto.
-          JP. ¿En el año 2001 el Certamen de Bandas se realizó en la Plaza de Toros?
-          GF. Sí, ésta fue la primera vez que Carcaixent se presentaba en la Sección de Honor. Había cinco bandas: la Primitiva de Liria, el Ateneo de Cullera, la Banda de Utiel, y… no recuerdo la cuarta. Todo el mundo pensaba que la Lira Carcaixentina quedaría en último lugar porque las otras bandas habían participado en Sección de Honor muchas veces. Pero fue una gran sorpresa que Carcaixent ganó el Certamen. Es porque Rafael Sanz-Espert es muy buen director, muy trabajador. Es el mejor director de bandas en España.[4]

Gregory Fritze conoció a Rafael Sanz  a través de la investigación que estaba realizando, y este a su vez lo puso en contacto con Jesús Santandreu. Sin duda el hecho de que un prestigioso compositor e investigador estadounidense insertara momentos jazzísticos  en sus obras para banda sinfónica se encuentra detrás del reconocimiento de la obra sinfónica de Jesús Santandreu, que  llegó en Valencia a través de la elección de su obra  La Noche de Brahma, cómo obra obligada del Certamen   Internacional de Bandas “Ciudad de Valencia” (2010). [5]



[2] Los resultados de esta investigación se pueden consultar en la página web del autor:
[3] Se puede escuchar la obra en los archivos de la fonoteca del certamen online [Última consulta: 28/06/16].
[5] Santandreu, Jesús. La Noche de Brahma. www.nuestrasbandasdemusica.com “La obra del mes” 03/06/11 [última consulta 12/10/2014]  Se puede escuchar la obra en la siguiente dirección Web:

Think of Jazz (2011)
El estreno de la obra Think of Jazz, concierto para sexteto de jazz, banda sinfónica y coro, aconteció en el acto de clausura de la XII edición de “Com Sona l’ESO”[1], el día 13 de mayo del 2011 a las 22:00 en la plaza de toros de Morella (Castellón). Think of Jazz fue una composición encargada por el equipo organizador de “Com sona l’ESO”. Este encuentro musical nació en el año 2000, con el impulso de profesores que impartían la docencia en la Comunidad Valenciana, Cataluña y las Islas Baleares.
La cita sirve como reivindicación de la importancia de la música, ya que ha tenido papel secundario durante muchos años en la ESO. Durante los días que dura “Com sona l'ESO”, los alumnos ponen en práctica las propuestas y proyectos didácticos que se han llevado a cabo en el aula y, que de esta forma tienen una continuidad y puedan darse así a conocer y ser fuente de futuras propuestas. El sexteto jazzístico encargado del estreno estuvo formado por: Albert Palau al piano, Felip Santandreu a la batería, Alessandro Cessarini al contrabajo, Toni Belenguer al trombón, Voro García a la trompeta y Jesús Santandreu al saxo tenor.

Think of Jazz es una pieza concertante que basa su desarrollo partiendo de un intervalo de 5ª. Toda la introducción contiene el código genético del desarrollo de la obra en su totalidad y las melodías generalmente forman un contorno bastante angular. La parte sinfónica tiene una presencia de igual relevancia a la del sexteto solista y cada componente del grupo de jazz tiene a su vez intervenciones solistas improvisadas dentro de una estructura armónica. Básicamente la obra se compone de 4 exposiciones de temas diferentes (consecuencia del desarrollo de la idea original o temas anteriores) con sus desarrollos y transfiguraciones.
El lenguaje de la pieza viene dado por incursiones en el Hard Bop de forma general. La parte orquestal tiene un nivel medio de dificultad y está escrita en un lenguaje académico tradicional completamente comprensible. Es una pieza muy fácil de entender para los intérpretes de la banda que no estén demasiado familiarizados con el lenguaje del jazz pero que requiere un sexteto de jazz con jazzistas profesionales; buenos solistas y buena sección rítmica. La pieza dura alrededor de 22 minutos.
Para el estreno, se contará con tres coros sumando 800 estudiantes de ESO y la banda sinfónica de “Com Sona L’eso”, compuesta por los estudiantes músicos de enseñanza secundaria. Las dos versiones de la letra, una en valenciano-catalán y otra en inglés fueron compuestas por Vicen Tormo. Los asesores para la parte de Body Music fueron Mamen Bautista y Moisés Bautista. El Honorable Maestro Alexis Calvo (gratitud por todas sus inteligentes y valiosas observaciones) dirigirá Think of Jazz. [2]




[1] Enseñanzas Secundarias Obligatorias.
[2] Jesús Santandreu 13 de mayo de 2011 www.facebook.com/jesus.santandreu [Última consulta: 28/06/16]


Inevitablemente, la obra tiene en su origen cierto carácter pedagógico, ya que se concibió para ser interpretada junto a alumnos de la ESO, aunque las intervenciones corales han sido orquestadas en esta versión y no resultan tan evidentes, la obra se estructura entre la interrelación de los temas jazzísticos y las intervenciones corales, haciendo que en ocasiones debamos hablar de procesos más que de secciones.


Aquí tenemos un claro ejemplo de third stream valenciano, donde se combinan por parte de Jesús Santandreu la tradición hard bop heredada de la época del Perdido Club de Jazz, con la tradición sinfónica bandística valenciana, para crear algo nuevo, fresco y distinto, sin duda una tercera corriente. [1]

¿Qué es lo próximo?
Estoy trabajando en un encargo para la Universidad de St. Thomas en Minnesota que ya tiene fecha de estreno en Mayo de 2011. Me la encargó el maestro Mathew George. Es un concierto para saxofón tenor y ensemble sinfónico de vientos.[2]

Jesús Santandreu se refiere aquí a su “Concertante para Saxofón Tenor y Ensemble Sinfónico de Vientos” Oneiric Discourse,  hemos podido constatar en la página de Facebook del autor, que este estreno finalmente se trasladó al día 23 de octubre del mismo año 2011 en la Universidad de St. Thomas en Minnesota, por lo que por orden cronológico, estaríamos hablando de una obra posterior a Think of Jazz.
A pesar de que ambas obras Oneiric Discourse y Think of Jazz están compuestas a la par, poseen una diferencia sustantiva, mientras Think of Jazz estaba pensada para ser interpretada junto a alumnos de la ESO, Oneiric Discourse, según leemos en las notas al estreno de José Buenagu, es un concierto para sí mismo. Sin duda, este hecho, a pesar de que ambas obras tienen también varias coincidencias, eleva a  Oneiric Discourse como obra cumbre del third stream valenciano hasta la fecha.
Esta obra que también se planifica sobre una formación estándar para banda, incluye además contrabajo y piano integrados en la plantilla general. Así pues el saxofón tenor interpretado por Jesús Santandreu es el único instrumento con un tratamiento jazzístico, pero éste está elevado a muy altas cimas, suponiendo justamente este hecho un problema a la hora de editar la partitura, ya que numerosos pasajes de la obra son improvisados por el autor, el que nos ha declarado no disponer aún de una partitura definitiva para la parte del solista.
La idea principal de la pieza está inspirada en los dos primeros compases de  la melodía del estándar  jazzístico de Sonny Rollins "Oleo":

Podemos observar comparando ambos motivos, como, lo que realmente se ha tomado como referencia del estándar jazzístico es la interválica característica del salto de 4ª y 5ª del motivo generador (G,C-G,D).
De nuevo, al igual que en Think of Jazz, nos encontramos con un fuerte desarrollo temático sobre una consecuencia interválica, solo que esta vez, este motivo interválico está claramente extraído de un estándar jazzístico en palabras del propio compositor.
La obra está repleta de sonoridades jazzísticas, como el empleo  de escalas pentatónicas sobre acordes lidios y frigios, dominantes alterados, escala lidia b7, escala exátona etc...


También en esta sección el autor nos declara que “está inspirada en el sonido suave y dramático de John Coltrane”, esta es otra de las claves de la obra: la influencia Coltreniana.
Hemos visto igualmente como el hard bop se definía armónicamente, con un proceso de evolución de las progresiones de acordes. En primer lugar se amplía el tipo de modulación con movimientos abruptos. John Coltrane es un claro ejemplo de esto, como se aprecia en grabaciones clásicas de esta corriente como Blue Train y Giant Steps.  Justamente podemos encontrar un guiño  armónico de este último estándar en la obra de Santandreu.


Podemos observar como la primera frase del ejemplo reproduce literalmente la armonía del estándar de Coltrane a partir del acorde de Bmaj7, aunque posteriormente ha modulado esta secuencia un intervalo de 4ª ascendente. Santandreu emplea constantemente este tipo de soportes y referencias al mundo del jazz, aunque en el caso de Oneiric Discourse, al no poseer sección rítmica al uso, la apariencia estética de la obra es mucho más sinfónica que en el caso de Think of Jazz, pero este hecho no quita que la obra tenga una concepción totalmente third stream, realmente se puede comparar con una de las piezas emblemáticas de Gunther Schuller fundacional del movimiento: Symphony for Brass and Percussion, op. 16 de 1956.                
Sin embargo ya hemos comentado que esta obra se caracteriza por el hecho de ser un concierto ideado para ser interpretado por el propio compositor, que además es un virtuoso de este instrumento y de la improvisación jazzística.


Observemos la apariencia general de la partitura, en este caso el background de acompañamiento soporta el escaso movimiento armónico de los compases 383 al 404, sin embargo si analizamos detenidamente la parte del solista podremos apreciar claramente las cualidades virtuosísticas tanto como interprete, como improvisador.
En la parte de la cadencia de la obra perteneciente al compás 253, el autor indica que “la cadencia de libre duración, puede ser improvisada alrededor de una escala disminuida semitono-tono, si la habilidad del solista se lo permite. No obstante hay una cadencia escrita por el autor que puede encontrarse en las copias impresas”, esta no es la única licencia que se le permite al solista, como se puede apreciar en las indicaciones de los compases 386 al 389, realmente similares a los célebres “anillos de repetición”  de la música aleatoria. También encontramos rasgos de extremado virtuosismo en la “optional lines” o falsas digitaciones del compás 391  y las láminas de sonido Coltrenianas de los compases 397 y 401.


No obstante, no solo el tratamiento del solista es virtuosístico, como podemos apreciar en la breve coda del Risoluto negra=130 en el compás 405, donde mediante una extensión de la idea de la introducción termina la obra abruptamente en un acorde Ab 13(b9).



Sin hacer un análisis exhaustivo de la obra sinfónica de Santandreu, ya que no es el caso, podemos apreciar rasgos estilísticos definitorios, como la forma circular: las obras que hemos analizado empiezan y terminan con el tema principal, mostrando una tendencia a la forma como proceso y no como molde.
Todas ellas poseen modulaciones rítmicas complejas y una variedad exuberante de tempos y compases. Realmente aparte de las obras analizadas y citadas, Santandreu posee un corpus sinfónico importante, quizás, en parte, alejado del third stream, pero estamos convencidos que su formación como músico de jazz es indisociable de su producción sinfónica, y quizás a estas  alturas, también a la inversa, ya que Jesús Santandreu sigue ejerciendo en la actualidad como saxofonista de jazz.
Una vez más, a pesar de que el propio autor nos declara en la entrevista realizada para este trabajo, que no ve ninguna relación entre la inclusión de los estudios de jazz en el conservatorio superior de Valencia el año 2009, y la eclosión de su obra sinfónica, a partir de la elección de su obra   la Noche de Brahma como pieza obligada en el Certamen Internacional de Bandas "Ciudad de Valencia" en el año 2010, las fechas de sus principales trabajos hablan por sí solas:

-          2007 Out of de Cage
-          2008 Sound Colors
-          2008 Neumatofonía
-          2009 Inclusión de los estudios de jazz en el conservatorio superior de Valencia
-          2010 Sortes Diabolorum
-          2010 La Noche de Brahma. Obra obligada del Certamen   Internacional de Bandas Ciudad de Valencia
-          2011 Think of Jazz
-          2011 Oneiric Discourse

Analizando objetivamente la obra de Jesús Santandreu correspondiente al final de la primera década del siglo XXI, podemos observar claramente que sus discos de los años 2007 y 2008, son netamente jazzísticos, aunque, como ya hemos dicho, con un fuerte ingrediente intelectual y experimental que lo relacionan directamente con el afán y objetivos de la tercera corriente. Al final del año 2008 y por encargo del IVM, compone su obra Neumatofonía para el disco Brassiana de Spanish Brass Luur Metals en colaboración con Ramón Cardo, director del departamento de jazz del conservatorio superior de Valencia, y Lluís Vidal, máximo responsable del trasvase third stream a Valencia. Podemos considerar esta obra claramente como de transición, ya que en ella se concentra el trabajo del quinteto de metales con el trío de jazz, que en su estreno original corrió a cargo del propio Lluís Vidal Trío, con David Xirgu, batería de la Orquesta del Teatre Lliure, donde a su vez también residió Ramón Cardo.
A partir del año 2009, año de la inclusión de las enseñanzas superiores de jazz en el conservatorio superior de Valencia, la obra de Jesús Santandreu se torna rabiosamente sinfónica, con destellos e influencias místicas y orientalizántes, cómo podemos observar en sus títulos y en los comentarios de las ediciones de sus partituras: Velo de Isis, Sortes Diabolorum y La Noche de Brahma. Como hemos podido contrastar con el autor en la entrevista que le hemos realizado, justamente, su adscripción a la tercera corriente no viene por el hecho en sí de tocar o no obras de jazz, sino por la inclusión y la fusión de las técnicas de composición de música clásica contemporánea con el espíritu y las técnicas jazzísticas, creando una tercera vía que no es expresamente ni la una cosa ni la otra, pero comparte con ambas sus principales características.  Y por fin después de su reconocimiento oficial del año 2010, en el 2011 sus obras Think of Jazz y Oneiric Discourse, se tornan cien por cien third stream, combinando formaciones jazzísticas con ensemble sinfónico e improvisación con composición, y asentando a Jesús Santandreu como el máximo exponente third stream en Valencia.