Este artículo, publicado en la
revista musical Audio Clásica en su nº 144 (marzo, 2009) discute el concepto de
Third Stream (tercera corriente), estilo musical que vivió su apogeo en los
años 1950 y que pretendió fusionar elementos del Jazz y de la música de
vanguardia europea. El artículo repasa conceptos como el de Jazz Sinfónico
(Symphonic Jazz), Tercera Vía (Third Stream) así como otros híbridos entre la
música clásica y el Jazz.
Del presente artículo hemos extraído
el listado de discos escogidos por Rafael Fernández de Larrinoa. En el primer listado se nos plantean
relaciones entre el jazz o sus músicos en torno a la música clásica que el
autor no considera como Third Stream:
·
La música clásica interpretada por artistas de jazz.
·
El jazz interpretado por artistas clásicos
·
Temas clásicos versionados por artistas de jazz
·
Compositores clásicos que escriben para conjuntos de
jazz
·
Artistas de jazz que componen música clásica
Pensamos que resulta demasiado
categórico el encabezado: “No es Third Stream...”, quizás hubiera sido más
adecuado resaltar: “No es Third Stream, necesariamente...”
Vemos bastante claro que una obra
clásica sigue siendo clásica, aunque la interprete un músico de jazz, o
viceversa (si lo hace realmente con rigor), aunque ya hemos resaltado en esta
tesis “la impronta característica” que este tipo de interpretaciones puede
tener.
Sin embargo los otros apartados nos
plantean algunas dudas. En cuanto a “clásicos
versionados por artistas de jazz” no entendemos por qué exactamente en un
apartado se considera third stream el disco de Stan Kenton “Kenton/Wagner” y no al disco de Uri Caine “Mahler”. Por otro lado en cuanto a Jacques Loussier, constatamos
que otros autores lo consideran como un músico third stream.
La siguiente cuestión que se nos
plantea es donde está la línea entre los clásicos que escriben para conjuntos
de jazz y los artistas de jazz que
componen música clásica, a la hora de poder considerarla o no como Third Stream, por ejemplo, encontramos sustanciales
diferencias entre el Ebony Concierto de
Stravinsky para clarinete y banda de jazz, y el París Dakar para trombón y big band de Peter Eötvös, o Pensado en Jazz de Eduardo Montesino,
también para big band.
En último término si no consideramos
a estas obras como third stream, por estar “compuestas” por músicos que en su
carrera han destacado principalmente por ser músicos clásicos, nos
encontraríamos con la paradoja de tener que replantear si la música del propio
Gunter Schüller es o no third stream.
Una vez expuestas estas
observaciones, repasamos la lista de discos seleccionados por Rafael Fernández de Larrinoa, bajo la
etiqueta de “Si es Third Stream (o le falta poco)...
Imaginamos
que la cantidad de discos seleccionados, (16 en este caso), es una imposición
de las necesidades de maquetación de la propia revista, hecho que influye en
las fechas de los discos expuestos, que intentan resumir poco más de medio
siglo de música en esta dirección: desde Crosscurents
de Lennie Tristano de 1949 al Streams
of Expression de Joe Lovano del
2005, (época bastante avanzada si tenemos en cuenta que el presente artículo se
editó en el 2009).
En 1949 -
con la adición del bajista Arnold Fishkin y alternándose a la batería Harold Granowsky y Denzil Best, el grupo
de Lennie Tristano (que incluía a Lee Konitz, Warne Marsh y Billy Bauer) registraron
lo que iba a convertirse en la base de la herencia colectiva de la banda, el
álbum de Capitol Crosscurents.
Las sesiones
de Capitol generaron muchas de las obras más conocidas de Lennie Tristano,
incluyendo la canción principal, y por supuesto, los cortes libremente improvisados "Digresión" e "Intuition"
(estos últimos registrados sin baterista). Hasta hace relativamente poco,
rara vez se ha reconocido que Tristano había sido el primero en interpretar y
grabar un tipo de música que se dio en llamar "free jazz".
A parte de
las características específicas de estas dos grabaciones, el estilo de Tristano
se caracteriza por largas melodías rítmica y armónicamente complejas interpretadas
sobre un tiempo de swing suave, casi sin inflexiones, mantenido por el bajista
y baterista. El contrapunto, que había sido en su mayoría abandonado por los
interpretes post-New Orleans/Chicago, reapareció en la música de Tristano.
Las líneas
escritas eran mucho más complicadas que las ya de por sí complejas melodías típicas del bebop, dividen y multiplican el ritmo en grupos impares, y sus
armonías no siempre se comportan de una manera consistente con la tonalidad
funcional.
De esta
manera Rafael Fernández de Larrinoa, abre la presente lista con una estética
Cool post- bebop, que podemos considerar como uno de los puntos de partida del
movimiento de Tercera Corriente, sin duda esta línea camerística de sonoridades
netamente jazzísticas, que también ha sido explotada por otros autores de la
presente lista discográfica, como John Lewis y su Modern Jazz Quartet,
constituye uno de los pilares básicos del movimiento.
El
siguiente disco de esta lista, City of
Glass de Robert Graetinger del año 1951, fue gravado por Stan Kenton y su
“The Innovations Orchestra”, realmente se trata de una recomposición (que
incluye una sección de cuerdas completa además de la bigband), de una versión
anterior de 1948 estrenada en el “Civic Opera House de Chicago”, pero que no
fue registrada.
Esta suite
de jazz en tres movimientos, da título a este memorable disco que recoge los
principales trabajos de Robert Graetinger para “The Innovations Orchestra”.
Stan
Kenton pianísta y líder de la banda, ambicionaba salir de su rol de “orquesta de baile” por
el que era popular. Para ello encargó partituras y composiciones cada vez más
ambiciosas. “Thermopylae” obra de
Graetinger de 1947, abrió un camino que alcanzaría su máxima expresión en City of Glass.
En
palabras de Gunter Schüller esta obra de 1947, “es la primera obra atonal en el jazz – y de lejos la primero en ser grabada y
emitida en el mercado –“.
Respecto a City of Glass, Schüller la describió
como "un melodrama post-wagneriano, influido por
Schoenberg, Varese, o Mosolev, un pathbreaker de Ornette Coleman – una obra
original completa."
Esta es una segunda línea fundamental en el movimiento de Tercera
Corriente, la línea “Orquestal” tanto para big bands expandidas, como para
auténticas orquestas sinfónicas, donde el swing no se hace tan evidente como en
los estilos camerísticos de Tristano o John Lewis, se prima la influencia de la
música contemporánea de concierto con el jazz, a veces de una manera solapada como
ya habíamos visto en la Summer Sequence de
Ralph Burns de 1946, o auténticamente fusionadas como en la obra Mirage de Pete Rugolo de 1950.
Estas dos tendencias: La Camerística y la Orquestal, son las que parecen
guiar la aparición de la Tercera Corriente, en los aledaños y primeros años de
la segunda mitad del siglo XX.
Con el siguiente disco de la presente lista, Concerto for Billy the Kid de George Rusell de 1956, entramos de
lleno en los años de máxima producción Third Stream. Si observamos la lista, la
mayor cantidad y relevancia de los discos aparece en la segunda mitad de la
primera década de los años 50, Concerto
for Billy the Kid del 56, Music for
Brass y Miles Ahead del 57, Alabama Concerto y Modern Jazz Concert del 58, hasta llegar a los años 60 con el How Time Passes de Don Ellis y el Third Stream Music del Modern Jazz
Quartet.
El término Third Stream que se usó
por primera vez en una conferencia en la universidad de Brandeis en 1957, vino
reafirmado con la grabación de Music for
Brass emblemática compilación de obras para orquesta de metal y sección
rítmica, de la que ya hemos hablado ampliamente en esta tesis, que junto a los
arreglos de Gil Evans para Columbia records Miles
Ahead, crearon el sonido cool de bigband expandida, con instrumentos de
viento poco habituales en el jazz, como la trompa y la tuba, sonoridad de
densidad orquestal clásica, que dio un paso más alla, como hemos podido
comprobar en el disco Music for Brass, constituyendo
un tercer pilar en la estética third stream, la Brass Band y la Bigband
expandida con instrumentos de viento clásicos.
En cuanto al Concerto for Billy the
Kid de George Rusell de 1956, partiendo de una sonoridad camerística,
introduce dos cuestiones de relevancia, por un
lado el debut del joven pianísta Bill Evans, al que está dedicado el
disco, a modo de concertino de cámara para piano solista, y por otro la
irrupción en el jazz de los sistemas compositivos teóricos, el libro de George
Rusell que respalda esta obra, Concepto
Lidio Cromático de Organización Tonal, editado en 1953, fue aclamado como
“la principal aportación del jazz a la teoría de la música”, por lo que podemos
decir que la influencia de esta obra va en ambas direcciones del jazz y la
música clásica contemporánea, que ya había explorado estas relaciones entre la
escala acústica y la sección aurea, en las obras de Bella Bartok por ejemplo, y
que básicamente se centran en los ciclos de quintas perfectas, que
posteriormente emplearía John Coltrane, en los célebres “cambios Coltrane” del Giant Steps de 1959.
Así pues la Tercera corriente, no trajo solamente la institucionalización
del jazz, con la creación de este tipo de grados en el Conservatorio de Nueva
Inglaterra, sino que este proceso de institucionalización se vio refrendado por su propio corpus teórico, hay que recordar
que Rusell fue uno de los principales profesores del NEC en el departamento,
como dijo el célebre músico e historiador Ian Carr, el “gurú invisible”.
Esta pieza Concerto for Billy the
Kid, también está contenida en la 2ª compilación fundamental de la
discográfica Columbia: Modern Jazz
Concert del 58, que trajo entre otras innovaciones el empleo de las
técnicas del serialismo en el jazz, con las obras de Milton Babbitt All set y de Schüller Transformation. Disco este de una
importancia crucial, que junto al Music
for Brass del 57, configuraron el
emblemático disco reeditado en Cd The
Birth of the Third Stream en 1996.
Alabama Concerto de John Benson Brooks, también del 58, con Cannonball Adderley al
frente, al igual que los trabajos de Bella Bartok y Zoltán Kodály, añadieron a la
tercera corriente una característica que resultaría fundamental en su posterior
desarrollo: la investigación etnomusicológica.
Específicamente, Brooks señala que:
"la historia de esta pieza comienza con un viaje de estudios
antropológicos que Harold Courlander hizo a Alabama hace ya varios años,
grabando a toda la comunidad Negra:.. Canciones infantiles de juego, blues, hollers,
espirituales y odd bits"
Brooks fue el encargado de transcribir este material para un libro, y se
encontró irremediablemente fascinado.
How Time Passes de Don Ellis y Third Stream Music de
la Modern Jazz Quartet, abren la decada de los 60, decada en que la tercera
corriente, se vio postergada por la irrupción del freejazz en una dirección
estética bien diferenciada, no obstante, podemos apreciar rasgos de influencia y modernidad, con la ruptura rítmica, y los
cambios de tempo en la pieza How Time
Passes de Don Ellis y también una preocupación tímbrica como material y una
irrupción atonal en la pieza Improvisional
Suite #1 del mismo disco, que nos hacen plantearnos si realmente los
presupuestos estéticos del freejazz y de la third stream iban realmente en
direcciones opuestas, o realmente se trataba de dos caras de la misma moneda.
Third Stream Music del Modern Jazz Quartet, representa un contrapunto a
esta estética, con una mirada clasicista y tradicional, dentro de la música
camerística cool se retoma la preocupación por el contrapunto y la
interpretación concertada del Crosscurents de Lennie Tristano de 1949,
pero obteniendo un sonido personal bien diferenciado y claramente más alejado
del bop.
Pensamos
que también hubiera sido recomendable reflejar
en esta lista el disco de la Modern
Jazz Quartet con la German Symphony Orchestra dirigida por Schüller, que
contiene obras del propio Schüller de André Hodeir y John Lewis.
En este disco a modo de un concerto grosso se dan la mano las dos
tendencias principales de la decada anterior: La camerística y la orquestal.
Black Saint and Sinner Lady es un disco de Charles Mingus del año 1963.
El disco es una obra maestra mingusiana, imagen virtual de Ellington, y
contiene todas las esencias de la música de Mingus.
Está concebida como una suite de 6 partes:
- Track A. Solo Dancer
- Track B. Duet Solo Dancers
- Track C. Group Dancers
- Mode D. Trio and Group
Dancers
- Mode E. Single Solos
and Group Dance
- Mode F. Group and Solo
Dance.
Obra que parece haber sido pensada para la danza, es también una síntesis
de toda su obra anterior y sorprende por su estructura, muy similar a la
sinfónica.
En las aportaciones de los músicos llama la atención, por un lado, el
empleo "español" de la guitarra, que recuerda, en parte, el pasado
"chicano" de Mingus, y, sobre todo, el papel solista del saxo alto de
Charlie Mariano. Según Lorenzo Juan Llabres en una reseña escrita para la
revista digital http://www.tomajazz.com.
La música presenta constantes cruces entre la tradición europea y el bop,
tejido todo ello con el entusiasmo y vigor de la interpretación. Es una
verdadera música romántica, escrita de modo exuberante para la orquesta, en la
que destaca sobre todo el trabajo armónico muy cercano a lo modal y, donde, por
poner algún pero, quizás se eche en falta un toque melódico más convincente. 1
El disco de Stan Kenton del 64, Kenton/Wagner,
contiene adaptaciones de ocho
temas de las obras clásicas de Richard Wagner, si en el anterior disco de
Mingus, Lorenzo Juan Llabres nos hablaba de un “Romanticismo” jazzístico,
quizás en el presente disco de Kenton, podríamos hablar de un
“Post-Romanticismo” orquestal de gran formato.
La presencia de la decada de los 60 en la presente lista se cierra con el
disco de Joe Zawinul, The Rise and Fall
of the Third Stream del año 67, el título con un cierto contenido
“programático” resulta revelador como resumen a lo acontecido en esta decada: “La subida y la caída de la tercera
corriente”
La decada de los 70 se va a caracterizar por todo tipo de fusiones
alrededor del jazz-rock y la inclusión de la electrónica en el jazz, tendencia
en la que en principio parecen adaptarse mejor las corrientes del free jazz de
finales de los 60.
El aparente eclecticismo del disco de Joe Zawinul, The Rise
and Fall of the Third Stream, parece querer “relatarnos” otros puntos de
vista con respecto a los acercamientos a dichas fusiones estilísticas. La
peculiar plantilla escogida, combina un cuarteto de cuerda compuesto por tres
violas y un chelo con la tradicional sección rítmica, donde Zawinul alterna
pianos acústicos y eléctricos. El disco evoluciona desde una estética netamente
third stream, hacía un sonido más soul, blues con influencias jazz-rock.
Según Joachim Berendt, a principios de los años setenta existen en el
jazz de gran orquesta tres corrientes:
1. El desarrollo ulterior del free jazz de gran
orquesta.
2. El desarrollo ulterior de la gran orquesta
convencional con el aprovechamiento de temas y tendencias contemporáneos
3. Lo que se llama “grandes orquestas de rock”
Continúa diciéndonos Joachim Berendt al respecto:
No hay progreso –o casi no lo hay- en las grandes bandas de rock.
Muchas veces resulta notable un particular acartonamiento y estatismo que en
mucho recuerdan al Stan Kenton de los años cuarenta. Si se considera que muchos
músicos jóvenes de las grandes orquestas de rock proceden de orquestas de las
universidades y “colleges” que han sido formados por Kenton y sus “clínicas”,
podría establecerse quizá una relación causal. 2
Quizás esta sea la razón para que los dos discos de la presente lista
que definen la decada de los 70, vayan en direcciones muy distintas con
respecto a las tendencias generalizadas de esta decada.
Por un lado el peculiar “nacionalismo” sinfónico de William Russo y su
Street Music de 1976, y por otro el
peculiar intimismo del disco a piano solo de Ran Blake, Third Stream ReCompositions, del siguiente año 1977.
William Russo, más conocido como Bill Russo, a partir de 1957 se
centró en la composición de obras de carácter sinfónico. Trabajó en ambiciosos
proyectos al lado de Yehudi Menuhin, Duke Ellington, Leonard Bernstein y la
Sociedad Filarmónica de Nueva York, la que le encarga la composición de su
Segunda Sinfonía “Los Titanes”,
basada en temas jazz y blues eminentemente callejeros, y que fue estrenada en
1958 por la Filarmónica de Nueva York con Bernstein en la dirección.
Las obras que contiene el presente disco son, Street Music, para armónica y orquesta, compuesta por encargo de la
Sinfónica de San Francisco en 1976; y Three
Pieces, una excelente obra para Banda de Blues y Orquesta que le fue
comisionada en 1968 por el Festival de Ravinia y que le valió no pocos
reconocimientos, entre los cuales destacaron el Grand Prix du disque por la
presente grabación.
En este disco confluye la investigación musicológica, en este caso
centrada en el Blues, que le era frecuente escuchar en las calles de Illinois,
con un nacionalismo sinfónico netamente americano, por ello quizás el disco se
completa con An American in Paris, de
Gershwin.
Con respecto a Ran Blake del que ya hemos hablado en esta tesis, es el
único representante del género de piano solo en la presente lista, y
prácticamente en todo el movimiento third stream, a excepción de la pieza de
Duke Ellington “A Clothed Woman” (que
está levemente acompañado por un quinteto) no han aparecido referencias a este
género, sólo podríamos citar los “Preludios y Fugas” de Henri Martin, aunque
pensamos que van en otra dirección muy distinta a la de Ran Blake, que quizás
rescataría mejor la antigua figura del pianista de Rag- Time y, pasándola por
el filtro del pianísmo clásico
contemporáneo, se convertirá en el único representante third stream de este
género.
Su disco de “recomposiciones”, resume un estilo y una estética, en la
que según un artículo de Ed Hazell, para el “Jazziz magazine”
“pocos pianistas pueden igualar su toque sutil en el teclado o la
inventiva, incluso perversidad, con la que parafrasea y reconstruye canciones
conocidas.”
Los años 70 fueron esplendorosos para diversos teclistas, muchos de
ellos encuadrados al frente de su propia formación. Cecil Taylor, músico que
nunca gozó de seguimiento masivo ni en América ni en Europa, se convirtió en
figura de culto.
Algunos músicos de esta decada, como Cecil Taylor, escapan a todo tipo
de definición, si bien su obra no suele
catalogarse como third stream, es evidente la influencia del jazz y la música
clásica contemporánea, en una tradición más radical, proveniente de la línea
creada por Schüller y Milton Babbitt, que fusiona el jazz con la música de
vanguardia más radical.
Según Frank Tirro en su Historia
del Jazz Moderno:
Los cimientos del pensamiento musical de Cecil Taylor descansaban,
como los mismos cimientos del jazz, en las tradiciones europeas, africanas y
americanas, tanto en el pensamiento occidental avanzado (Stravinsky, Tristano,
los músicos serialistas) como en las novedosas ideas afroamericanas de Ellington o Monk. A la vez, Taylor
rechazaba tanto la influencia electrónica al estilo Stockhausen como el free
jazz liderado por Ornette Coleman. Los conceptos claves en su música eran la
estructura, la organización y el desarrollo, así como la expresión humana a
través de la interpretación instrumental. Taylor era un pianista y no un
teclista. El instrumento acústico y resonante, alejado del artificio
electrónico, era vital en su ejecución musical. En sus composiciones, las
exposiciones musicales se estructuraban de forma lógica, si bien el vocabulario
de unidades organizadas iba más alla de la mera armonía y melodía para
centrarse en agrupaciones temáticas, timbres, unidades rítmicas y puntos de
inflexión. 3
En contraste con la espontaneidad del Art Ensemble of Chicago y la
escuela free jazz de los 70, la música de Anthony Braxton, otro antiguo miembro
de la AACM (Asociación para el Progreso de los Músicos Creativos –en sus siglas
inglesas-), se caracterizaba por la enmarcación de las improvisaciones en una
estructuración cerebral y bien definida, (hecho este que lo asimila a la
vanguardia europea, y al naciente movimiento de la Libre Improvisación). A la
vez, los solos de estilo free precisaban de técnicas de vanguardia como la
multifonía, el puntillismo y la
exploración tímbrica. Tras hacerse un nombre en 1970 como miembro de Circle, el
grupo liderado por Chick Corea, Braxton formó su propia banda cuando Corea
disolvió Circle al año siguiente.
Compuesto por otros ex miembros de Circle
–el trompetista Kenny Wheeler, el bajista Dave Holland y el baterista Barry
Altschul-, el grupo de Braxton grabó un disco en directo en el festival de
Montreux de 1975, The Montreux/Berlin Concerts (Arista AL 5002).
Al respecto continúa diciéndonos Franck
Tirro, en su obra antes citada:
El sonido resultante, emparentado con la obra
de los vanguardistas “compositores de universidad”, ofrece un carácter muy
organizado, puntillista y de textura frágil, (...) el Anthony Braxton Quartet se
nutría tanto del free jazz como de la composición europea. 4
Creemos conveniente remarcar con respecto a esta década, de los años
70, que es la década en la que se documenta por primera vez la aparición del
movimiento third stream en Valencia, por Vicent Lluis Fontelles, en la tesis
doctoral “Jazz a la ciutat de València:
Orígens i desenvolupament fins a les acaballes del 1981”, con el
estreno de las obras:
·
Pensado en Jazz de Eduardo Montesinos Comas, pieza
escrita para Big-band fue estrenada por el
Grupo instrumental del Conservatorio de Valencia el 9/05/1972 en el salón de
actos del Conservatorio Superior de Música y Arte Dramático de Valencia en la
plaza San Esteban.
·
Concierto para Quinteto de Jazz y Orquesta de José Nieto fue estrenada en Valencia el 5/12/1974
en la Sala Martí (Cine Martí), por la Orquesta Municipal de Valencia dirigida
por Odón Alonso y un quinteto de jazz formado por: José Nieto [batería] Vladimiro
Bas [saxofón, alto] ·Jorge Pardo [flauta] José Luis Medrano [trompeta/melòfon]
David Thomas [contrabajo].
·
Sonido y Ritmo del batería
alcoyano Enrique Llácer “Regolí”, fue estrenada en el Teatro Principal de
Valencia el sábado 10/03/1979 por la Orquesta Municipal de Valencia dirigida
por José Mª Cervera Collado.
El rastro
third stream parece perderse en la presente lista, en las décadas de los 80 y
90, para reaparecer el primer año del siglo XXI con el disco de Mark-Anthony
Turnage: Blood on the Floor del año
2000.
A diferencia
de los setenta, los ochenta no fueron años de crisis, sino de intensa actividad
y fermento productivo. El jazz se adentraba en nuevos terrenos creativos, donde
los músicos competían entre sí en términos esencialmente constructivos. A su
modo, el jazz cumplía lo predicho por Leonard B. Meyer en 1967:
Nuestra
hipótesis habla, por consiguiente, de la persistencia de un éxtasis fluctuante,
una situación de calma en la que las diversas artes conocerán la coexistencia
de infinitos estilos y lenguajes, técnicas y movimientos. No habrá práctica
central y común, como no habrá ninguna “victoria2 estilística. En la música,
por ejemplo, los estilos tonales y atonales, las técnicas aleatorias y
serialistas, los medios electrónicos e improvisados seguirán siendo empleados (...)
Si bien
aparecerán nuevos métodos y direcciones en las artes, éstos no desplazarán a
los estilos ya existentes, sino que se añadirán al espectro preexistente. La
ocasional interacción y acomodación entre distintas tradiciones literarias,
artísticas o musicales originará la aparición de combinaciones híbridas; con
todo, la posibilidad de innovación radical parece más bien remota (...) La
abrupta yuxtaposición de estilos marcadamente distintos, acaso originados en
épocas y tradiciones diferentes, dejará de ser infrecuente. 5
Así pues
mientras Miles Davis, asombró a todos con su regreso a la escena en 1980, Wynton
Marsalis el artista que abanderó el pabellón neoclásico durante los primeros
ochenta, tuvo una ascensión en este período que llegó a eclipsar el retorno del
propio Miles.
Quizás si
ensanchamos nuestro punto de vista sobre los músicos que se adhieren a una
estética third stream en este periodo, podemos observar, también cierta
tendencia neoclásica. En 1985, 300 años después del nacimiento de Bach, Jacques
Loussier vuelve a formar de nuevo el Play Bach Trio con nuevos músicos, André
Arpino a la batería y Vicent Charbonnier al contrabajo.
También este
mismo año de 1985, se formó el Turtle Island String Quartet, primer cuarteto de
cuerdas que logró con éxito la integración de la improvisación jazzística, con
el tradicional concepto de cuarteto clásico. De esta decada son sus discos Turtle Island String Quartet – 1988, Windham Hill y Metropolis – 1989.
Justamente
este año de 1989, Schüller realizó la edición póstuma del gran trabajo
final de Charles Mingus, Epitaph, en
el Lincoln Center, posteriormente editado por Columbia/Sony Records. Marcando
la principal característica que pensamos define la decada de los 90: Las
reediciones y recomposiciones discográficas, claramente fomentadas por la
irrupción del formato Cd y la absorción de la tradicional casa discográfica
Columbia por Sony Records.
También un
año antes en 1988 Gunter Schüller lanzó su único disco dedicado íntegramente al
jazz: Jumpin'in the Future (GM
Recordings GM3010CD), que aunque se trata de viejas composiciones en su mayoría
de los años 50, están regrabadas para la ocasión, la principal obra que le da
nombre al disco Jumpin'in the Future, está
hermanada estéticamente con su Sinfonía
para metales y percusión, Op.16, del célebre disco del 57, Music for Brass que como ya hemos
analizado anteriormente, junto con Modern
Jazz Concert del 58, constituyen el
material de una de estas reediciones en Cd fundamentales de esta década: The Birth of the Third Stream (CK Columbia Legacy 64929) 1996.
Las obras de
Macero, incluidas en el Lp What’s New de
1956, igualmente de Columbia, han sido reeditadas en el CD de 1990, The Best of
Teo Macero (que también incluye su LP de debut, Explorations), (ST-CD-527).
En junio de
1993, Gunther Schüller al frente del Ensemble de vientos holandés Ebony Band
presentan un programa con obras de Graetinger, Pete Rugolo y Franklin Marks en los
auditorios de Muziekcentrum Vredenberg en Utrecht y Beurs van Berlage en
Amsterdam. Las grabaciones de estos conciertos se han publicado en Robert
F. Graetinger: City Of Glass (Canal Crossings CCS 6394 CD,
1994), y cuentan con la obra previamente no realizada (y posiblemente sin terminar)
'Graetinger º 3' (1950) y "Sin título" (1948). El disco también
contiene City Of Glass I (1947), en su primera versión y City
Of Glass II, en su versión más
larga del 51 gravada por la ampliada Orquesta de Innovaciones en Música Moderna de Kenton. También están
presentes "incidente en Jazz" y "Termópilas", además de los
espléndidos arreglos de Vernon Duke "April
In Paris" (1947) y de D. Raksin 'Laura'
(1948).
También en
esta década hay una nueva irrupción third stream vía Barcelona, con la Orquestra de Cambra Teatre Lliure and Lluis
Vidal Trio featuring Dave Liebman, de 1995, cuya influencia pronto se hace
sentir en Valencia en el inclasificable disco de Perico Sambeat junto al Cor de
Cambra Lluís Vich: Discantus, - (THS
& Sirio 19970004). 1997.
El siglo XXI
en la presente lista discográfica, se abre con el disco de Mark-Anthony Turnage: Blood on the Floor del año 2000, aunque
realmente es un trabajo sugerido por Sir Simon Rattle al
compositor británico Mark-Anthony Turnage.
Originalmente
comenzó como un trabajo de un solo movimiento inspirado por la pintura del
mismo nombre del expresionista Francis Bacon, “sangre en el suelo”, luego se expandió a un conjunto de nueve
movimientos para orquesta y tres solistas de jazz, que se estrenó en el London
Queen Elizabeth Hall el 30 de mayo de 1996, por el Modern Ensemble con sede en
Frankfurt; dirigido por Peter Rundell, con improvisaciones del legendario
baterista estadounidense Peter Erskine, el guitarrista John Scofield, y el
saxofonista británico Martin Robertson.
La
presente lista discográfica de Rafael Fernández de Larrinoa, concluye con el
disco de Joe Lovano, Streams of Expression (Blue Note) 2005, lo cual nos parece una acertadísima elección como
resumen de la historia del movimiento Third Stream durante el siglo XX y
principios del XXI.
La
grabación de Birth of the Cool en 1949 por el joven Miles Davis, trasladó al
jazz más allá de la estética de Charlie Parker y Dizzy Gillespie, hacia una
ampliación musical más rica en sonoridades, desarrollada con la colaboración de
los sofisticados arreglos de Gil Evans.
Joe
Lovano, uno de los grandes saxofonistas contemporáneos, ha dado una nueva
mirada a este material famoso en asociación con el compositor, director de
orquesta y musicólogo Gunther Schüller. En Streams of Expression, Lovano combina una suite de su propia creación
con las recomposiciones de Gunter Schüller de parte de los materiales originales de Birth of the Cool, en cuya grabación original participó, junto al
célebre noneto liderado por Miles Davis.
Streams
of Expression
1 Streams (Pt. I) 10:53
2 Cool (Pt. II) 7:02
The
Birth of the Cool Suite
3 Prelude / Moon Dreams 6:40
4 Interlude No. 1 / Move / Interlude No. 2 8:05
5 Boplicity / Postlude 5:29
6 Blue Sketches 4:52
7 Buckeyes 9:30
Streams
of Expression
8 Enchantment (Pt. III) 3:41
9 Second Nature (Pt. IV) 6:00
10 The Fire Prophets (Pt. V) 6:55
11
Big Ben 4:47
Así
pues, podemos considerar que este disco cierra un circulo histórico, a modo de
conclusión sobre la historia del movimiento, Joe Lovano repasa y actualiza las
estéticas de los principales improvisadores desde la era pre-bop hasta las
estéticas free-jazz, pasando por John Coltrane y arropando estas
improvisaciones en la gran tradición del arreglo y la composición que asentó el
movimiento Third Stream.
En
palabras de Robert R. Calder:
“La gran escritura de Schüller,
maravillosamente interpretada por el conjunto, realmente no suena a otra cosa
que a sí mismo”. 6
2 Berendt, Joachim E.: El Jazz: Del Rag al
Rock. México: Fondo de Cultura Económica, 1976. pág 5
3 Tirro, Franck: Historia del Jazz Moderno.
Barcelona: Ediciones Robinbook, s.l. 2007. pág. 129
4 Tirro, Franck.,
2007: Op. Ref., pág.143-144
5 Leonard B. Meyer: Music,
Arts, and Idea, pág.172
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