Abstract:
Enmarcando
la siguiente conferencia dentro del ciclo del Festival de la Guitarra de
Córdoba – 2017, que este año se dedica a la figura de Jimi Hendrix, vamos a
repasar las aportaciones técnicas en los recursos expresivos del histórico
guitarrísta, y sus concomitancias con uno de los grandes guitarristas de las
fusiones del jazz contemporáneo. En este caso concreto, ilustraremos célebres pasajes de la
leyenda del Rock, comparándolos con recursos del lenguaje personal de Ximo
Tébar, guitarrista por excelencia del jazz mediterráneo, que nos ejemplificará
en directo el proceso de trasformación del modus operandi tradicional de la
guitarra bop, y como bajo las influencias de las técnicas del histórico
guitarrista, estas mutan en un nuevo lenguaje.
Seguramente,
en este proceso comparativo entre las técnicas expresivas de ambos
guitarristas, en apariencia tan alejados en la estética y el tiempo,
encontraremos un territorio común: el Blues[1].
[1] Aunque los primeros estudios
guitarrísticos de Ximo Tébar estuvieron relacionados con el flamenco, podemos
afirmar que Ximo es un guitarrísta de jazz, pero dentro de esta catalogación
general, el peso específico que le
diferencia de otros guitarristas coetáneos sin lugar a dudas es el blues. Los
fraseos de Ximo están repletos de todo tipo de gestos expresivos: bends,
glisandos, trémolos y demás técnicas de la guitarra de blues inundan su
lenguaje, no solo cuando toca blues, sino en general, tanto en piezas bop y
mainstream como en toda la evolución de sus estéticas personales. Quizás este
expresionismo melódico es el que ha llevado al crítico de All About Jazz New York, Raul d'Gama a considerar su sonido como
“casi vocal”. [Pruñonosa, José: Ximo Tébar. La
guitarra del jazz mediterráneo. Valencia, Piles Editorial de Música, S. A. 2016]
Estado de la cuestión:
Como comentamos, partiendo de esta obra como
referencia, podemos encontrar otras tantas, como la realizada por Charles R. Cross: Room Full of Mirrors, publicada
originalmente en la editorial Hyperion de Nueva York en 2005, igualmente
editada en español bajo el epígrafe de Jimi
Hendrix. La biografía. Ed. Robinbook. Ma Non Tropo. 2007[1] o
la posterior obra de Sharon Lawrence: Jimi
Hendrix: The Man, the Magic, the Truth, igualmente las memorias de su
compañero de grupo el bajista Noel Redding: Are
You Experienced?: The Inside Story of the Jimi Hendrix Experience[2] (1996), el quizás más ambicioso estudio londinense sobre la
repercusión de la obra del guitarrista: Crosstown Traffic: Jimi Hendrix & The
Post-War Rock 'N' Roll Revolution[3]
(1990) de Charles Shaar Murray o
las biografías españolas de Fermín Larrondo
(1995)[4]
y Jordi Bianciotto (1997)[5],
solo por citar algunas de las incontables biografías, donde de una manera u otra se nos dan
informaciones similares.
[1] Cross, Charles R. Jimi Hendrix. La biografía. Editorial Ma Non Troppo (Ediciones Robinbook). Barcelona, 2007
[2] Redding,
N., & Appleby, C. Are you experienced?
New York: Da Capo Press. 1996.
Al igual que con las biografías, podríamos seguir
enumerando una larga lista de estudios: Lehtonen, Kimmo et al. “Castles made of sand – a
psychodynamic interpretation of Jimi Hendrix's life and music” Nordic Journal of Music Therapy. 2012, Waksman,
Steve. “Black sound, black body:
Jimi Hendrix, the electric guitar, and the meanings of blackness” Popular Music and Society. 2008, y otro largo etcétera de estudios,
generalmente desde el punto de vista de la neurología, la sociología, la
historiografía y las ciencias de la educación, incluso hemos encontrado una
investigación española de Josep Pedro, aún sin publicar, en el ámbito de la
semiótica que bajo el título de: “Diálogo intramusical: interacción,
comunicación y metáfora de la conversación en la música blues”,[3]
y partiendo de una investigación etnográfica y analítica sobre las escenas de
blues en Austin, Texas y en Madrid, plantea el concepto de diálogo intramusical
con el objetivo de indagar en las formas de comunicación dialógica que se
establecen en la interpretación musical. Reflexionando sobre la idea del blues
como lenguaje musical regido por un sistema de convenciones y abordando la
metáfora de la interpretación como conversación a partir de los discursos de
músicos diversos.
En toda esta
literatura e investigaciones se llega al punto común, desde perspectivas
multidisciplinares, del reconocimiento del genio del artista, de lo
significativo de su obra, de las aportaciones en la historia de la guitarra
rock, del potencial del superdotado, de su relación neurológica con la
plasticidad del cerebro ambidiestro, incluso en este último artículo citado se
nos habla de la capacidad del guitarrísta para “hacer hablar al instrumento” no
solo de una manera simbólica, sino también semiótica.
En este artículo queremos hacer hincapié en el
lenguaje y la genialidad del personaje desde un punto de vista estrictamente musical,
ya que en el fondo, la capacidad de "hacer hablar a una
guitarra" responde al dominio de
una serie de técnicas expresivas: bends, vibrato, glisandos, tremolo, etc...,
son recursos que modulan el tono neutro
de las cuerdas hacia un típico expresionismo blues, y el análisis de estos
recursos es el terreno innato de la música.
¿Cómo se consigue una voz instrumental propia? Todos
estos estudios parecen barajar la idea de que el "duende" o la
capacidad de "hacer hablar" un instrumento son "dones intrínsecos"
al genio musical, pero una aproximación al estudio técnico y musicológico del lenguaje
del músico, basado en el análisis de la transcripción de sus trabajos, pondría
de relieve que este lenguaje se pueden descomponer en una serie de recursos
técnicos y expresivos, que en el fondo son los que constituyen la
"voz" del músico.
En último término apelamos a las palabras póstumas
del guitarrista Paco de Lucía: "Llevo desde niño practicando todos los
días una media de catorce horas y a eso, en mi tierra, le llaman duende"
El lenguaje Jimi Hendrix:
Cross argumenta en su libro Room Full of Mirrors (2005) que la obra
de Hendrix adquiere sentido si se conoce su origen -Seattle, una ciudad
multicultural- y sus primeros años de vida. Se había introducido en el circuito
musical negro tocando con Little Richard, Solomon Burke o los Isley Brothers,
pero también conectaba espiritualmente con el rock blanco; adoraba a Bob Dylan.
Dominaba el lenguaje de dos mundos, pero fue alguien del rock quien
descubrió su excepcionalidad. Chas Chandler
-antiguo bajista de los Animals,
reconvertido en representante- se llevara a Hendrix a Londres. Ambos coinciden en que la formación ideal para su grupo es la de
un power trío con bajo y batería, de forma que permitiera al guitarrista poner
en práctica sus ideas y sus experimentaciones. Así que, para llevar a cabo el
proyecto, reclutan a Mitch Mitchell, un batería enérgico influido por el estilo
de Elvin Jones, y como bajista a Noel Redding, originariamente un guitarrista
con escasa experiencia profesional, que había sido rechazado en una audición de
los nuevos Animals de Eric Burdon. El nuevo trío, The Jimi Hendrix Experience,
ensayan sólo tres días antes de debutar en Evreux, Francia, el 13 de octubre de
1966. Are you experienced?, su primer álbum, se publica el 20 de mayo
de 1967, bajo la producción de Chas Chandler. Después de haber publicado varios
singles su lenguaje guitarrístico que partía inevitablemente de la tradición
blues de su Seattle natal, se ve reflejado claramente en este primer Lp.
[1] Christman,
Stephen. “Eclectic lefty-hand: Conjectures on Jimi Hendrix, handedness, and
Electric Ladyland”. Laterality:
Asymmetries of Body, Brain and Cognition Vol. 15, Iss. 1-2, 2010.
[2] Morrissey,
Anne-Marie. “Beyond the Image: The Giftedness of Jimi Hendrix”. Roeper
Review Vol. 24, Iss. 1, 2001
[3] Pedro, Josep. “Diálogo intramusical: interacción, comunicación y
metáfora de la conversación en la música blues” (Sin publicar). 2017.
(…) toca la guitarra como nadie la había oído
jamás. De sus ejecuciones brota toda la velocidad y la ingenuidad estilística
de Jeff Beck, la técnica blues y la profundidad emocional de Eric Clapton, y la
maníaca y autodestructiva energía de Pete Townshend. A todo esto Jimi añade su
asombrosa habilidad para sacar resonancias y efectos sonoros de su instrumento,
de una manera que nunca se ha llegado a comprender totalmente. Basándose en el
trémolo, algo completamente olvidado por los guitarristas posteriores a Hank
Marvin, Hendrix da forma y dimensión a cada configuración de feedback, de
distorsiones sonoras y de sonidos electrónicos puros, llegando a subir los
cursores del amplificador muy por encima del nivel máximo que los fabricantes
habían previsto. Toca la guitarra poniéndosela en la espalda, entre las
piernas, usando los dientes, frotándola contra la caja de los amplificadores,
contra el largo pie del micrófono y muchas veces, cuando está aburrido de estos
juegos, termina rompiendo el instrumento en mil pedazos, prendiéndole fuego...
o ambas cosas.[1]
[1] Manrique, Diego A. “La cruda
vida de Jimi Hendrix. Una minuciosa biografía narra la azarosa trayectoria del
mito del rock” El Pais. Madrid
26 FEB 2007. http://elpais.com/diario/2007/02/26/cultura/1172444405_850215.html
En 1989, Bella Godiva Music, Inc. publica: Hendrix. Are you experience? The complete
authoritative transcriptions for guitar, bass, and drum[1]
con las trascripciones guitarrísticas de Andy Aledort y bajo la dirección
editorial de Noe Goldwasser, fundador del proyecto editorial Guitar Word. The
Hendrix transcriptions.
[1] Goldwasser,
Noe. Hendrix.
Are you experience? The complete authoritative transcriptions for guitar, bass,
and drum. Bella Godiva Music, Inc. 1989
¿Quizás
detrás de esta más que obvia coincidencia se haya el hecho de que la editorial
de este último libro es la misma distribuidora de Hal Leonard Corporation? O,
¿realmente los recursos expresivos reflejados en las trascripciones de la obra
de Jimi Hendrix beben de las mismas fuentes de la guitarra blues?
En
principio toda la batería de recursos expresivos expuestos en esta leyenda
conforman el corpus tradicional de la técnica de la guitarra eléctrica en el
blues y en el incipiente rock coetáneo, e incluso anterior a la figura de
Hendrix. Igualmente muchos de ellos serían extrapolables a la técnica clásica
de otros instrumentos como el violín. Los distintos tipos de bends
(estiramientos de cuerda), vibratos producidos
manualmente o con palanca, ligados tradicionales (pull-of, descendente,
pull-on, ascendente), glisandos y portamentos (slide), staccato, trinos,
armónicos naturales y artificiales, trémolos, y la combinación de todos ellos,
conforman, como hemos dicho, la técnica base, a la que en todo caso, en estas
leyendas habría que añadir las técnicas de pua: Pick Scrapes (glissando rascado
de pua y Tremolo Picking (trémolo de púa) y
las técnicas de tapping (pulsación de la mano derecha sobre el mástil,
izquierda en el caso de Hendrix, combinada o no con ligados). Un buen
muestrario de todos estos recursos aparece desplegado en estos libros de
trascripciones ya desde la introducción de la primera pieza del primer disco.
A
estos recursos tradicionales, habría que sumarles el hecho de estar potenciados
por el uso de un pedal Fuzzface de distorsión.
En
el fondo esta contundente intro es puro blues trascendido, la sorprendente
modulación inicial de Bb a B natural, no es más que la blue note de la escala
pentatónica de blues en E en la que se sustenta la pieza. De hecho el popular
“acorde Jimi Hendrix” de E7(#9) empleado como fundamental modal, no es más que
el resultado de aplicar las blue notes de la escala (G, y D) sobre la triada fundamental.[1] En
este caso por comodidad se ha optado por una armadura de Em, aunque en otros
casos similares se procede de manera inversa, se deja la armadura en E con
cuatro sostenidos que se alteran sobre las notas becuadro de la escala: el hecho
es el mismo la tradicional ambigüedad modal entre mayor y menor que caracteriza
al blues.
Sin
embargo, avanzando un poco más en este 1º album, podemos encontrar otro tipo de
recursos que no aparecen en la leyenda de notaciones.
[1] Hay que aclarar en este punto la
diferencia del blues como género y como forma, y la nomenclatura que en uno y
otro caso se hace del término blue notes,
mientras en el blues tradicional se consideran la 3ªm y la 7ªm aplicadas
a un acorde mayor, como ya hemos dicho siendo la suma de ese computo E7(#9),
los herederos de Charlie Parker introdujeron el concepto de 5ª disminuida como
blue note (Bb) en el tono de E, aunque como también hemos dicho esta se refiere
más bien a su uso sobre la forma blues que no sobre el propio genero
tradicional.
En
la pieza I don’t live today, que se inicia con un riff blusero, ya en el
primer verso empieza a desplegarse el famoso “Feedback” (acople de altavoz)
empleado por Jimi Hendrix, combinado con
la continuidad del propia riff de blues. Hay que destacar que el uso de los
reguladores y las indicaciones dinámicas, bien podrían ser las típicas de un
pasaje de serialismo integral a lo Pierre Boulez.
La presencia del Feedback se va haciendo
cada vez más notoria hasta que el 2º verso estalla en un efecto totalmente
vanguardista.
El primer solo de guitarra se inicia con
el uso de pedal octavador y toques orientalizántes melódicos, todo ello
sustentado de nuevo sobre el acompañamiento de un riff blusero en este caso en
octavas y con el uso de un pedal Fuzzface de distorsión.
Y
todo ello desemboca en un caos global donde conviven todas estas técnicas combinadas con unos curiosos recitados vocales, mientras la música aparece
y desaparece a los mandos de la mesa del estudio de manera casi ilógica. Pero
en este primer album también tenemos las piezas folk blues tradicionales como Hey Joe, el funky soul de Fire,
la combinación de todos estos elementos con el blues de Foxy Lady, y de nuevo la vanguardia del
último corte (en la versión londinense): Are
you experienced? Aunque en esta ocasión los efectos de “Backwards Guitars”
(sonidos de guitarra invertidos) solo son posibles en el estudio y no en
directo.
En
el artículo de Greg Kot para el cultural
de la BBC “¿Era Jimi Hendrix tan original como se cree?” se nos dice que:
(…) Al igual
que sus antecesores, Los Beatles, considerados los salvadores del rock ‘n’
roll, Hendrix se consideraba un hábil sintetista de lo que ya existía y no como
una entidad completamente nueva. Solía decir que canalizaba el blues hacia sus
propias creaciones con "un poco de ciencia ficción". En las
entrevistas, era generoso enumerando sus fuentes de inspiración, que eran
abundantes.
(…) En algunas
partes de "Foxy Lady" Hendrix le dio forma a las repercusiones de una
manera que había sido abordada por guitarristas como Link Wray y Bo Diddley en
la década de 1950 y continuada un paso más allá por los Yardbirds en la década
de 1960. En 1958, Hendrix reinventó "Hold It" de Bill Dogett con
Purple Haze, y Duane Eddy mediante el tema "Peter Gunn" de Henry
Mancini. También se impregnó del jazz de John Coltrane y Albert Ayler, como es
evidente en el sonido vanguardista que creó en "I Don’t Live Today".[1]
Según nos dice
Greg Kot, la lección más importante que Hendrix aprendió de sus antecesores fue
el uso de la actitud más que de la técnica. En manos de guitarristas anteriores
a él como Guy o Bo Diddley, la guitarra
era un equipo de sonido en lugar de un instrumento con un vocabulario propio. Hendrix
vio las posibilidades que se escapaban de las normas preestablecidas y a
diferencia de estos guitarristas encontró una banda, un representante y una
empresa discográfica que le permitieron experimentar salvajemente sin miedo.
[1] Kot, Greg.
“¿Era Jimi Hendrix tan original como se cree?”
BBC
Culture, 13 octubre 2014. http://www.bbc.com/mundo/noticias/2014/10/140929_vert_cul_jimi_hendrix_yv
El segundo disco de la
Experience fue producido por el propio Hendrix, que con apenas veinticuatro
años ya tenía muy claro qué clase de sonidos pretendía conseguir. El
resultado es una mejora espectacular en cuanto a sonido. Jimi ya acumulaba
bastante experiencia en el estudio y cuando se hizo con el timón de
las grabaciones empezó a añadir arreglos más complejos y más capas de
sonido. Las composiciones son más variadas, las texturas mucho
más multicolores y la sonoridad mucho más cristalina, incluso en los
temas más ruidosos. Sin embargo, las canciones de este disco son
menos conocidas entre el gran público, exceptuando la grandiosa «Little
Wing», esa balada cuya influencia sobre los guitarristas eléctricos
es casi universal.
Aunque como podemos apreciar en la introducción
de la pieza, más alla de glisandos y notas muteadas no hay ningún aporte
técnico excepcional.
Sin
embargo, también hay temas en este disco que heredan el estilo más duro del
debut, como la potente «Spanish Castle Magic» o las ácidas «You’ve Got Me
Floatin’» y «Ain’t No Telling», pero también hay novedades estilísticas.
La magnífica «Up From The Skies», por
ejemplo, es un tranquilo y elegante experimento jazzy donde
Hendrix juguetea con el pedal wah wah, de reciente invención por
entonces, de cuyo sonido se apropia con una expresividad que todavía hoy
está por igualar. También hay proto-funk, como en «Little Miss
Lover». Y varias baladas, como la delicada «Castles Made of Sand» o «One Rainy Wish». De
esta primera pieza nos llama la atención la progresión armónica de la
introducción, una estructura constante de acordes (sus2) o (add9) según se
vea…, que desemboca nuevamente en un riff blusero del estilo de las piezas más
populares de Hendrix, para dar paso a un desarrollo de ambiente Pop,
curiosamente repleto de sonidos de guitarra invertidos, constante de este
disco, desde su uso en Are you
experienced?
Y, de nuevo estas dos concepciones se
entremezclan y amalgaman en el último corte del disco. Voodoo Child, ya desde el arranque de la pieza, ejemplifica a la
perfección la clave del sonido Jimi Hendrix: perfecta mezcla de la tradición blues
con la psicodelia de final de los 60, y los avances en la investigación del
sonido y las técnicas de grabación.
Podemos
observar como se entremezclan en esta
intro la novedad del efecto percusivo con el recientemente inventado pedal de
Wha Wha, con un riff muy similar al empleado en la versión Delta Blues de Voodoo Chile, siendo ya ésta una
constante de toda la pieza, y de la fulgurante carrera del guitarrista de
Seattle en general.
Este directo fue el cuarto y último álbum
que Hendrix vio publicado en vida. Tras la separación de la Experience, quiso
formar otro power trio, pero ya no para seguir los pasos de Cream y
el rock ácido, sino combinando sus habituales blues y
psicodelia guitarrera con un concepto más racial de su música, según él
mismo dijo en su momento. Formó la Band of Gypsys con su antiguo compañero del
servicio militar, el bajista Billy
Cox, y con el batería, compositor y cantante Buddy Miles. El espíritu era distinto
al de la Experience: canciones no basadas en la fogosidad sino en el
fluir de la banda, con unos ritmos más cercanos al soul.
Hendrix se reparte el protagonismo vocal y las tareas de
composición con Buddy Miles, así que, pese a tratarse también de un trío,
sigue más el concepto de banda. El disco en sí contiene canciones registradas a
lo largo de cuatro conciertos, y el nivel es muy alto, desde la pegadiza
«Who Knows» hasta la fantástica «Message to Love». El álbum contiene
algunos momentos verdaderamente escalofriantes, como la parte final de esa
larga «Machine Gun» donde Hendrix se pone a imitar con su instrumento los
sonidos de la guerra del Vietnam.
Esta pieza constituye un excepcional
ejemplo de las técnicas expresivas del guitarrista, a la par que introduce
algunas novedades experimentales, y está registrada en riguroso directo. Para
empezar después de los coros que anteceden la parte final mencionada, tenemos
un claro ejemplo del expresionismo vocal guitarrístico, de nuevo doblando la
voz con una parte heterofónica. En este
caso se entretejen algunas notas pedales sobre la imitación ornamentada del
riff vocal. El solo final se inicia con la imitación del sonido del vuelo de
los aeroplanos a través de un largo glissando descendente de palanca, precedido
por la repetición de leves vibratos también de palanca.
A continuación podemos escuchar las
sirenas que anuncian el bombardeo, implementando el feedback a los efectos de
palanca.
Podemos
escuchar igualmente la ametralladoras con los rasgueos percutidos de guitarra y
los zumbidos y silbidos de las bombas cayendo, con acoples y glisandos de
palanca.
Estos efectos desembocan sobre la voz de
Buddy Miles totalmente soul-blues: “Don’t you shoot him down” “He’s not to
leave here” y de nuevo una batería de
efectos incluyendo trémolos de palanca, feedback, fuzzface y pedal de wha wha,
concluyen la parte final de guitarra con una extrañan cadencia cromática sobre
el acorde “Jimi Hendrix”: Bb7(#9), B7(#9)/D#.
Con esta
amalgama de técnicas se trasciende el expresionismo vocal como mera imitación
de la voz, para devenir en un expresionismo electrónico descriptivo que supone
la cima del lenguaje Jimi Hendrix y su
fulgurante carrera.
El lenguaje Ximo Tébar:
Aunque
los primeros estudios guitarrísticos de Ximo Tébar estuvieron relacionados con
el flamenco, podemos afirmar que Ximo es un guitarrísta de jazz, pero dentro de
esta catalogación general, el peso específico que le diferencia de otros guitarristas coetáneos
sin lugar a dudas es el blues. Los fraseos de Ximo están repletos de todo tipo
de gestos expresivos: bends, glisandos, trémolos y demás técnicas de la
guitarra de blues inundan su lenguaje, no solo cuando toca blues, sino en
general, tanto en piezas bop y mainstream como en toda la evolución de sus
estéticas personales. Quizás este expresionismo melódico es el que ha llevado
al crítico de All
About Jazz New York, Raul d'Gama a considerar su sonido
como “casi vocal”.
Al
igual que los recursos expresionistas de sus fraseos constituyen una de las
principales diferencias con los guitarristas coetáneos, esta diferencia también
es armónica.
Podemos apreciar en este esquema de
blues del guitarrísta valenciano Carlos Gonzálvez, como a pesar de emplear
básicamente los mismos elementos tradicionales de ampliación armónica
jazzística, su uso y colocación es bien diferente. Resulta llamativo en este
sentido la progresión de dominantes por terceras menores ascendentes de la
pieza de Ximo Tabasco para Johny, que
se inicia en el compás 49: C7, Eb7 y Gb7 como dominante sustituto de F7. Sin
embargo melódicamente sí que encontramos ciertas similitudes entre un “trullo”
típico del guitarrista Carlos con los compases 37, 38 y 39. Hasta la anacrusa
de la frase es similar.
Seguramente
detrás de este contagio melódico “boppero” que aconteció en el Perdido Club de
Jazz de Valencia, también se encuentra la figura de Joshua Edelman.
No solo la cabeza del tema principal de esta composición del pianísta Joshua
Edelman es similar a la cabeza de la pieza de Ximo Tébar, también el concepto
racional simétrico de repetición motívica en las frases de tónica y
subdominante está presente en ambos casos. No obstante esta característica
simétrica es una constante no solo del blues, sino de toda la musica en
general.
La
auténtica aportación de Ximo Tébar al
Blues, es la expansión de la forma. En el primer ejemplo de la pieza Tabasco para Johny I, del disco Anís del Gnomo de 1990, podemos apreciar como se trata de una estructura de
Blues de 24 compases, cosa que por otro lado no implicaría nada más que
desdoblar el ritmo armónico de un blues tradicional de 12 compases. En el
segundo ejemplo Tabasco para Johny II, revisión
de la pieza que realizó en clave funky latino para su disco Embrujado del 2003, esta ampliación se
prolonga a 32 compases con la adición de un “Vamp Open Solos” insertado al
final de la frase de tónica. Sin embargo
en la pieza Come to Me de su disco Goes Blue del 2001 la fusión es total,
se ha conseguido insertar un blues en una forma tradicional de canción estándar de 32 compases, a través de
micro formas o secciones de 8 compases que conservan la esencia de los cambios
blues, se crea una macroforma de 32 compases similar a un “Rhythm changes” que sin embargo
funciona como un blues. A pesar de la
buena fe del alumno del conservatorio superior de música de Valencia, la
transcripción no le hace justicia al original, en cuanto a la cantidad de
recursos expresivos empleados, como ya hemos dicho, bends simples y dobles,
trémolos y glisandos, reafirman el carácter y la autenticidad de la pieza, que
hay que escuchar para apreciar su verdadero alcance formal: un blues de 32
compases.
No
obstante, a pesar de todas estas interesantes aportaciones que ha realizado
Ximo Tébar en el ámbito del Blues, normalmente se le suele catalogar como el
creador del Son Mediterráneo, a la
hora de valorar su principal aportación al jazz europeo. No se puede en una sencilla partitura “lead sheet” o guión, apreciar y analizar los
rasgos definitorios de esta estética, en la que sin duda el
flamenco tiene un peso muy importante, sobre todo en un nivel atmosférico en el
que huyendo de las formas tradicionales se extrae el aroma armónico
flamenco.
Desde que en 1991 Paco de Lucia interpretara
el Concierto de Aranjuez con la
orquesta de Cadaqués bajo la batuta de Edmond Colomer, se han reactivado
también las versiones del tema principal del Adagio del segundo tiempo por los
intérpretes del nuevo flamenco. Sin duda las versiones más abundantes vienen a
través del estándar de Chick Corea Spain, que ya había sido interpretado por primera
vez en clave flamenca por Paco de Lucía y John McLaughlin en la década de 1980,
posteriormente encontramos las versiones de Michel Camilo & Tomatito en el
2000, y la del propio Chick Corea con Paco de Lucia en el festival
Vitoria-Gasteiz del 2001.
La
versión realizada por el guitarrista Ximo Tébar en su disco Son Mediterráneo editado por Warner
Music Spain S.A en 1995 bajo el título: En
Aranjuez con tu amor, sin duda es una versión más bluesy que retoma el tema
original, y la ya comentada cuestión:
“Jazz Mediterráneo versus Flamenco Jazz”.
En su
faceta más experimental y vanguardista, sus discos Eclipse (Omix 2006) y Steps
(Omix 2008) han sido valorados como los mejores discos del año por la revista All About Jazz New York. También Celebrating Erik Satie (2009) es un trabajo
experimental basado en la música del genial compositor francés Erik Satie con
arreglos transgresores en clave de jazz, free-jazz y flamenco contemporáneo el
cual fue grabado en Nueva York junto a destacados músicos como: Sean Jones
(trompeta), Robin Eubanks (trombón), Stacy Dillard (saxo soprano), Jim Ridl
teclado y sintetizador), Orrin Evans (teclado), Boris Kozlov (bajo) y Donald
Edwards (batería).
El disco se
cierra con una intimista composición
para guitarra española sola titulada: A solas con Satie. La pieza parte a modo de una recomposición sobre
el gesto de la armonía pedal y el tema principal de la Gnossienne nº1 de Erik Satie (pieza fetiche del cd) para luego
desarrollarse sobre un tema B a modo de improvisación jazzística. Características estas que
asimilan la pieza a una peculiar especie de fusión entre técnicas de la
guitarra clásica y la jazzística, no exentas de un ingrediente mediterráneo
influenciado por el post-impresionismo francés.
Como podemos observar en la
siguiente transcripción de la pieza A
solas con Satie, que hemos realizado para su análisis en este trabajo, lo
primero que hace Ximo Tébar es trasportar la pieza a la tonalidad de Am para
poder jugar fácilmente con los pedales de las cuerdas 5ª y 6ª al aire de la
guitarra, que se corresponden con las notas A y su dominante E, dejando igualmente al aire también a modo de
“campanelas” las notas B y E de la 2ª y 1ª cuerdas.
Tebar
ha trasformado el tema principal de la Gnossienne
en tres elementos; el primer grupo de semicorcheas están tomadas
literalmente del original, a las que ha añadido una sincopa con dos semicorcheas
de resolución, gesto que posteriormente desarrollará en el tema B de la pieza,
y finalmente remata el motivo del mordente del intervalo exótico
característico. La introducción y el tema A de la pieza se repiten literalmente
para dar paso a un tema B de desarrollo del tramo motívico añadido por Tebar,
dotando a la pieza de una forma AABA, ya que después del tema B con velocidad
“meno mosso” se vuelve a repetir la
intro y el tema A. Mientras el tema A es el resultado de contrastes modales, en
el tema B se sugiere una posible modulación a Amaj7, eso sí, con un intercambio
modal masivo.
Realmente
la intro y la parte A están más cerca del flamenco jazz, o de la guitarra
clásica contemporánea, mientras la parte B desarrolla con absoluta coherencia y
contraste un típico pasaje del estilo guitarrístico de Ximo Tebar asociado a la
etiqueta “Son Mediterráneo”.
Así pues
por último, podemos añadir un nuevo ingrediente al Son Mediterráneo, la influencia de las armonías impresionistas, por
otro lado en el caso de Ximo Tébar, y en lo concerniente a esta estética
siempre acompañadas por sonoridades frigias, que en este caso y al igual que en
el flamenco se apoyan en el uso de campanelas y cuerdas al aire que tensionan
las armonías alrededor de tonalidades expresamente guitarrísticas.
- Ximo Tébar: En mi disco Eclipse del 2006 tengo una pieza que se llama “Ralladura”, que
está basada en un centro modal de F# alt, donde el desarrollo armónico es
totalmente libre. El tema tiene un patrón
rítmico y una melodía de exposición y reexposición, pero la
improvisación está basada en un patrón de 8 compases. Se hace un desarrollo
desde un punto de vista libre, sí que hay una estructura de control, por lo que
el tema no llega a ser totalmente free, pero se abre la puerta a una sonoridad
libre tanto para el organista, el bajista, la batería y la guitarra. Fue un
experimento que me gustó y lo incluimos en el disco.
En este disco del 2006, nos encontramos
con una radical nueva forma de construcción temática basada en patrones
digitales. En el caso del tema A, basados concretamente en patrones de escalas
hexatónicas, que contrastan con terminaciones descendentes o ascendentes, lo
que le confiere a las frases carácter positivo o negativo.
En
el Tema B los patrones digitales se suceden sobre escalas modales, estructuras
por cuartas y arpegios de acordes triadas equívocos, lo que unido a las
armonías alteradas, le da un aspecto bitonal o bimodal, pero sobre todo no
funcional. Se suceden los modos de F mixolidio, Eb mixolidio, el acorde de C#
por cuartas, una pequeña progresión de cuartas cromáticas y el arpegio de Eb,
todo ello sobre acordes de dominante alterados que guardan una relación de tono
entre ellos, lo que le confiere una extraña unidad con respecto al tema A
basado en la escala de tonos enteros.
La auténtica lógica del tema se basa en
patrones digitales guitarrísticos, a modo de ejercicios, más que en
construcciones armónicas alteradas que a pesar de su dura sonoridad, antes
devienen modales que atonales, y sobre todo, como el propio Ximo nos explicaba,
en una excusa para la improvisación free.
En
el caso de Martino tema dedicado al
gran guitarrísta con el que Ximo estudió en Filadelfia en su etapa americana,
la concentración digital es total, ya que desaparece el tema B. La pieza está
basada íntegramente en los patrones digitales cromáticos del gran guitarrísta.
La
melodía se torna de hexátona a cromática y la armonía absolutamente
mono-acórdica, en un ambiente de dominante alterado, que al igual que el tema anterior invita a la libre
improvisación. El tema introduce un nuevo elemento melódico: el contrapunto
lineal. Si desplegamos la melodía veremos que por un lado las notas agudas y
por otro las graves crean escalas disminuidas tono/semitono defectivas, pero
que se ven compensadas cromáticamente por el contrapunto entre ambas
voces. Lo que de alguna forma justifica
la armonía de dominante alterado.
Otro
de los géneros que Ximo Tébar inaugura en Eclipse
es la recomposición de estándars, en sus
piezas My Evidence sobre el Evidence original de Monk, también sobre
el ESP de Miles Davis, Pinocchio de Wayne Shorter y Tricotism de
Oscar Peterson, procedimiento
que se instaura en su posterior trabajo Steps con la genial versión del tema de Mancini
The Pink Panther, con la completa
reformulación del “26-2” de John Coltrane y el legendario Nefertiti de Wayne Shorter,
o el Actual Proof de
Herbie Hancock, reconstruido con un fulgurante tempo de bop, también el Four
on Six for Wes sobre el estándar del mismo nombre del guitarrísta Wes
Montgomery o el Steps pista que le da nombre al disco, recomposición descaradamente
inteligente del Giant Steps de John Coltrane.
Este
procedimiento se convierte en la base total de Celebrating Erik Satie, aunque en este caso las recomposiciones,
como hemos visto en el ejemplo de A Solas
con Satie, se suceden sobre las obras del genial pianista parisino y no
sobre estándars propiamente jazzísticos, aunque el proceso de deconstrucción y
nueva construcción es el mismo.
En
el caso del arreglo del tema de Mancini The
Pink Panther, que abre el disco Steps
y que el crítico de All About Jazz NY
Raul D’Gama califica como: “una
melodía de Mancini, en un entorno más rítmico, virtualmente reinventando el
compás”, podemos apreciar como en principio el tratamiento es rítmico-melódico.
Sobre
básicamente los mismos picos armónicos,
Ximo diluye la melodía a través de adornos ascendentes que le confieren un groove funky-bluesy,
frente al clásico swing de la negra con puntillo/semicorchea de la pieza original.
Igualmente aunque no aparecen transcritos en la partitura los glisandos y
efectos guitarrísticos, en este caso devienen temáticos antes que meros
adornos.
Mientras
que en Come to Me se ha conseguido
insertar un blues en una forma tradicional de canción estándar de 32 compases,
a través de micro formas o secciones de 8 compases que conservan la esencia de
los cambios blues, en Idris se ha
rearmonizado un rythm changes de 32 compases sustituyendo los acordes mayores
de resolución por dominantes con función de tónica, talmente como se hace en el
blues. Por otro lado, mientras Ximo Tébar
opera este tipo de cambios tanto armónicos como formales en el ámbito de la
tradición jazzística, en lo rítmico respeta absolutamente esta tradición
aprendida de los maestros del jazz. Escuchando sus obras podemos apreciar el
uso de las claves rítmicas africanas heredadas en el bop y en el jazz en
general.
[1] Esta pieza a pesar de no estar
publicada se puede escuchar en http://ximotebar.net/partituras/ al igual que se puede descargar
esta y otras partituras del guitarrísta citadas en el presente capítulo.
En este primer ejemplo perteneciente al tema My Evidence se aplica la Clave Bop para cuadrar fraseos, acompañamientos y fills con un tema de cierre cada cuatro compases.
Sin
embargo en este segundo ejemplo perteneciente a la pieza Idris, dedicada al batería Idris Muhammad, Ximo aplica la clave
afro-cubana 2-3, con la que el batería solía swingar habitualmente, adaptándose
a fraseos de dos compases. Así pues, a través de esta línea de recomposición de
estándars Ximo Tébar concilia la modernidad con la tradición que siempre ha
estado latente en su obra, creando una línea que culmina en su último trabajo Soleo.
The New Son Mediterráneo Celebrating 25th, donde no solamente recompone los estándars: Nardis de Miles
Davis y el original homenaje a Jaco Pastorius Jaco Opus Town, sobre las dos emblemáticas piezas: Teen Town y
Opus Pocus, sino que este proceso es llevado al extremo,
“recomponiéndose a sí mismo” con las nuevas versiones de Son Mediterráneo y Taranta, lo que por otro lado eleva metafóricamente a estas piezas a la
categoría de estándars.
Conclusiones:
Comparando el tipo de
fraseos en un blues estándar de Ximo Tébar con otros de músicos coetáneos de su
escena local, podemos comprobar claramente que mientras en el tono general del
blues jazz la preocupación de los músicos era “qué notas tocar”, en el caso de
Tébar es más bien “cómo tocarlas”, y esta es la primera cuestión que se
equipara en los lenguajes personales de ambos guitarristas. Según nos dice Greg Kot, la lección más importante
que Hendrix aprendió de sus antecesores fue el uso de la actitud más que de la
técnica. Resulta obvio que detrás de esta actitud de la que nos habla Greg se
haya toda la batería de las técnicas expresivas enumeradas, que conforman el
lenguaje estándar de la guitarra blues,
pero la gran sorpresa que hemos descubierto a través de la audición de
la obra de ambos guitarristas es que esta actitud expresiva se produce en la
misma pulsación y ataque de las notas, por encima incluso de las propias
técnicas tradicionales del blues.
Por otro lado, mientras para los análisis realizados
sobre el lenguaje guitarrístico de Hendrix hemos contado con las trascripciones
de Andy Aledort, bajo la dirección editorial de Noe Goldwasser, fundador del
proyecto editorial Guitar Word. The
Hendrix transcriptions publicado en 1989 por Bella Godiva Music, Inc., para
el análisis del lenguaje expresivo de Tébar apenas hemos contado con algunas
trascripciones propias y las partituras que el propio músico nos ha facilitado
en formato “lead sheet”,
como ya hemos dicho no se puede en este tipo de sencilla partitura o guión, apreciar y analizar los rasgos
definitorios de esta estética, por no poder disponer ni de una trascripción
exacta de todos los recursos y sobre todo por no disponer de la trascripción de
los solos, que es donde realmente el guitarrista se explaya desplegando todo
su abanico de recursos expresivos.
Es por ello que antes de extraer las conclusiones
definitivas, y teniendo el privilegio de contar con el propio músico en esta
ponencia, vamos a pedirle que nos ilustre y comente en vivo sus apreciaciones
sobre estos rasgos expresivos detectados en la audición de sus obras, pero que
no podemos demostrar y comparar sobre las partituras analizadas.
Al igual que Hendrix, Tébar también dominaba
el lenguaje de dos mundos, pero mientras que en el caso del primero fue alguien
del rock, Chas Chandler, quien descubrió su excepcionalidad, en el caso de
Tébar fue alguien del jazz: Lou Bennett.
Por
último, hemos visto qué mientras en el caso de la última evolución del leguaje
Jimi Hendrix, con una amalgama de técnicas entre la tradición del blues y la
búsqueda de nuevas sonoridades, se trasciende el expresionismo vocal como mera
imitación de la voz, para devenir en un expresionismo electrónico descriptivo
que supuso la cima de este lenguaje y su
fulgurante carrera, en el caso de Ximo Tébar y concretamente en su disco Eclipse del 2006, nos encontramos con
una radical nueva forma de construcción temática basada en patrones digitales.
Escuchemos Martino pieza del
siguiente disco, que a su vez también introdujo un nuevo elemento melódico: el
contrapunto lineal.
Así
pues, mientras que ambos guitarristas tienen un proceso evolutivo similar,
partiendo de una tradición blues, buscando nuevos recursos, combinando la
tradición adquirida con los hallazgos realizados. También en ambos casos podemos
comprobar como una vez establecida su propia voz instrumental ambos tienen
tendencia a centrarse en las producciones de sus trabajos, pero mientras en el
caso de Hendrix esta búsqueda de una voz personal parece intentar describir
aspectos externos, es decir se usa el instrumento como un medio, en el caso de
Tébar esta misma búsqueda de una voz instrumental propia le lleva a un
repliegue sobre el lenguaje guitarrístico en sí mismo, es decir se usa el
instrumento como un medio introspectivo que se analiza y se recrea tratando de
describirse a sí mismo. En este sentido
nos parecen acertadas las teorías de Anne-Marie
Morrissey en su trabajo: “Beyond the Image: The Giftedness of Jimi Hendrix”, en
el que se destaca el valor de las formas de aprendizaje musicales diferentes
como relación a la variedad de las formas de expresión musical.
Referencias:
BIANCIOTTO, JORDI.
Jimi Hendrix. Editorial La Máscara. 1997
CHRISTMAN, STEPHEN.
“Eclectic lefty-hand: Conjectures on Jimi Hendrix, handedness, and Electric
Ladyland”. Laterality: Asymmetries of
Body, Brain and Cognition Vol. 15, Iss. 1-2, 2010.
CROSS, CHARLES R. Jimi
Hendrix. La
biografía. Editorial Ma
Non Troppo (Ediciones Robinbook). Barcelona, 2007
GANAPES, JOHN. Blues a tu alcance. Hal Leonard
Corporation. 1995
GOLDWASSER, NOE. Hendrix.
Are you experience? The complete authoritative transcriptions for guitar, bass,
and drum. Bella Godiva Music, Inc. 1989
GOLDWASSER, NOE. Axis: Bold as Love. The complete authoritative transcriptions
for guitar, bass, and drum. Bella Godiva Music, Inc. 1989
GOLDWASSER, NOE. Electric
Ladyland. The complete authoritative transcriptions for guitar, bass, and drum.
Bella Godiva Music, Inc. 1989
GOLDWASSER, NOE. Band of Gypsys. The complete authoritative transcriptions for guitar, bass, and drum. Bella Godiva Music, Inc. 1989
HENDRIX, JIMI. Empezar
de Cero. Trad. Raquel
Vicedo. Editorial Sexto Piso. Madrid 2013.
KOT, GREG. “¿Era Jimi Hendrix tan original como se cree?” BBC Culture,
13 octubre 2014.http://www.bbc.com/mundo/noticias/2014/10/140929_vert_cul_jimi_hendrix_yv
LARRONDO, FERMÍN. Jimi Hendrix. Editor Generalife Editorial.
1995
LEHTONEN, KIMMO ET AL. “Castles made of sand – a
psychodynamic interpretation of Jimi Hendrix's life and music” Nordic Journal of Music Therapy. 2012
MANRIQUE, DIEGO A. “La
cruda vida de Jimi Hendrix. Una minuciosa biografía narra la azarosa
trayectoria del mito del rock” El Pais.
Madrid 26 FEB 2007. http://elpais.com/diario/2007/02/26/cultura/1172444405_850215.html
MORRISSEY, ANNE-MARIE.
“Beyond the Image: The Giftedness of Jimi Hendrix”. Roeper Review Vol. 24, Iss. 1, 2001
PEDRO, JOSEP. “Diálogo intramusical: interacción, comunicación y
metáfora de la conversación en la música blues” (Sin publicar). 2017.
PRUÑONOSA, JOSÉ. Ximo
Tébar. La guitarra del jazz mediterráneo. Valencia, Piles Editorial de Música, S. A. 2016
REDDING, N., & APPLEBY,
C. Are you experienced? New York: Da
Capo Press. 1996.
SHAAR MURRAY, C. Crosstown traffic: Jimi Hendrix and post-war
pop. London: Faber & Faber. 1990.
WAKSMAN, STEVE. “Black
sound, black body: Jimi Hendrix, the electric guitar, and the meanings of
blackness” Popular Music and Society. 2008