Hace un par de años, y siempre por estas
fechas, abrías cualquier periódico y podías encontrar una o varias noticias
donde se reivindicaba la presencia de músicos locales, escasa en nuestros
festivales foráneos, como parece ser no sucedía en otros países más
civilizados… Este era tema obligado en cualquier entrevista a los músicos
valencianos de jazz en época de festivales.
Desde hace un par de años justamente esta tendencia se ha invertido, y
como no… ahora la prensa brama en contra de esta nueva tendencia, argumentando
el fin, al menos del adjetivo
“internacional” que se solía adjuntar al lado del nombre de la población
de turno.
Ya hemos oído estas críticas con
respecto al XXI Festival de Jazz del Palau y también acerca del XIV Festival
“Internacional” de Jazz de Peñíscola. El problema reside, en este último caso, en que hay un
escenario paralelo: Jazz a la Serena, donde actúan “los músicos valencianos” con sus habituales caches y
condiciones… y el gran escenario del Palacio de Congresos de Peñíscola donde se
solía acoger a las figuras “Internacionales”.
Personalmente
no conozco, la nueva situación política, ni si esto ha supuesto una merma de
presupuesto, el año pasado actuó Diana
Krall y Madeleine Peyroux… pero este año hemos tenido “Compendium” de Jesús Santandreu al frente
de SedaJazz “all Stars” y la “Soleo” Band de Ximo Tébar cargadita de bombo con el pianista cubano Luis Guerra, la vuelta a los escenarios del súper bajista
eléctrico valenciano César Giner y Nathaniel Townsley a la batería. Quizás esta
sea una posible fórmula de conciliación entre lo internacional y lo local,
mezclando plantillas, e invitando a solistas internacionales como aconteció con
la presentación valenciana de la obra de Santandreu en el festival del Palau,
estreno compartido con un doble programa por parte de la Sedajazz Big Band
quien completó la jornada con la presencia y dirección del “padre” de la
trompeta moderna Jack Walrath.
Con respecto a esta segunda presentación valenciana de “Compendium” os
emplazo a que leáis la entrevista que le realicé al autor, publicada en este
mismo diario el pasado mes de Julio bajo el epígrafe: “Compendium”, amalgama
de ideas. “Jesús Santandreu y Sedajazz Big Band se rodean de la “plana mayor”
del jazz valenciano para interpretar su última obra en el Palau de la Música.
Sin duda la obra más ambiciosa jamás escrita para big band en Valencia (aunque
me atrevería a decir en España), ya que, por si no lo sabéis tenemos la big
band más potente de la nación…, lo dicho leer el artículo del pasado número
especial del periódico…
No obstante son muchos los aficionados al jazz que echan de menos las
programaciones “estelares” de pasados años organizadas por el promotor
internacional Julio Martí. Algunas de las propuestas, además de las ya
apuntadas como las dobles programaciones con teloneros y las invitaciones a
solistas internacionales, consistirían en programas de intercambios con otros
países y programadores, y las quejas más comunes que hemos podido recoger por
parte de los músicos, versan en general, sobre
los cachés que se pagana los músicos locales no está a la altura en
comparación con los que se pagan a los músicos importados.
Por otro lado la afición, igualmente de manera general, argumenta que
durante todo el año tenemos ocasión de ver a nuestros músicos, y que los
festivales de verano son para ver a artistas menos habituales, respaldando esta
opinión se argumenta que: lo que tienen que hacer los músicos locales es
proyectar su carrera a nivel internacional, eso sí con ayuda y apoyo
de las instituciones, pero no con subvenciones.
Hoy tenemos un gran nivel de músicos de jazz en Valencia, el próximo
paso es que se abran a otros circuitos y festivales internacionales porque
estoy seguro que tienen nivel para que así sea, a lo mejor lo que hace falta es
estructura comercial, ¿Por qué no un festival veraniego del estilo de Donostia,
Vitoria y Getxo?
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